martes, 22 de marzo de 2011

Libia: el fracaso o la madurez de la Comunidad Internacional

El Consejo de Seguridad de la ONU ha dejado a un lado el concepto fundamental en las relaciones internacionales de NO INJERENCIA en el caso de Libia. La prepotencia y el despotismo de Gadafi es tal que la Comunidad Internacional ha decidido actuar con "las medidas necesarias" sobre terreno libio con los votos a favor de 10 países miembros del Consejo de Seguridad y cinco abstenciones (entre ellas Alemania y Rusia). Esta resolución marcará un punto y aparte en las relaciones internacionales, que veremos si resulta ser el fracaso o la madurez de la Comunidad Internacional.

La resolución de la ONU puede mostrar cierto acuerdo entre los países miembros; sin embargo, la aplicación de los paradigmas realistas en las relaciones internacionales de los estados sigue teniendo un peso fundamental. Esto inevitablemente desembocará en un individualismo interesado que tan sólo tres días después del primer bombardeo ya estamos comprobando.

Francia ha cogido las riendas como potencia política histórica dentro de Europa. Sarkozy al estilo de De Gaulle ha asumido la dirección política de esta guerra en Libia, para fortalecer su condición de potencia central europea. Cuando hablamos de guerra y salvar al mundo, Estados Unidos no puede quedar fuera y son ellos los que coordinan -de momento- la dirección militar. Aquí encontramos el primer desacuerdo y choque de potencias. Mientras Francia apela a la necesidad de una política exterior europea fuerte, Estados Unidos pide la implicación de la OTAN, en donde el país norteamericano es fuerte. En este sentido, el Reino Unido -mano derecha de los Estados Unidos y el awkward partner de Europa- defiende la intervención de los mandos de la OTAN en la dirección de esta guerra. Las divergencias con Francia no son sorprendentes, conociendo la rivalidad histórica entre ambos países y la tendencia atlantista del Reino Unido.



En este contexto, Berlusconi -compañero de Gadafi en los últimos años- ha cedido bases militares con la boca pequeña y ya ha amenazado con retirarlas si no hay unos objetivos concretos; y España ratifica hoy en el Congreso su implicación en la guerra. En medio de la crisis que tiene Zapatero en su nación, el socialista quiere sumarse al carro de las potencias occidentales en la exportación/imposición de los valores democráticos y los derechos humanos.

Tremenda paradoja cuando hablamos de imponer la democracia. Lo peor de todo es la deriva a la que puede llegar la coalición. La resolución tenía como inicio evitar los bombardeos aéreos a la población libia, pero ahora, tras conseguir con éxito este objetivo, la comunidad internacional ha continuado los ataques militares. En conclusión, las divergencias entre estados ha hecho comenzar una guerra sin objetivos claros: no sabemos si sólo es necesario la exclusión aérea de Libia, si hace falta atacar el ejército de Gadafi com cualquier medio militar, si el dictador tiene que caer, si tiene que ser detenido, si tiene que morir...

Estados Unidos ya ha dicho que no es seguro que caiga el dictador. Mucho me temo entonces que se llegue a una pírrica victoria de la coalición en una guerra que se va a alargar un sin fin hasta destruir el país y dejarlo como navío sin destino en el mar.

La casi unanimidad en el Consejo de Seguridad de la ONU y hoy, por ejemplo, en el Congreso de los Diputados en España, da argumentos a favor de dicha intervención. Sin embargo, es algo realmente peligroso, sobre todo, conociendo lo que esta sucediendo en otros países como Bahrein o Siria, o sin olvidar -por qué no- los conflictos en el Sáhara o Palestina. ¿Van a ir los cazas patrullando de Libia al resto de países árabes con revoluciones o donde se vulneren los Derechos Humanos? La respuesta es no. Y eso hace pensar en otros intereses de la Comunidad Internacional, sean económicos o geoestratégicos, ya que Libia es un país fundamental en la zona mediterránea.

Ni las muertes se evitan con más muertes, ni la democracia debe ser impuesta por los partidos de occidente. Pero lo que mal empieza, mal acaba. Gadafi lleva 40 años haciendo acuerdos con los principales líderes occidentales, también con España, comprando armamento a la industria bélica de estos países y permitiendo el regreso de inmigrantes a campos de refugiados denunciados por la vulneración de los Derechos Humanos. Mejor que la guerra, otros medios civiles deben ser capaces de evitar la muerte de los opositores libios: embargo de armas, congelación de cuentas, exclusión de cualquier relación internacional, aislar diplomáticamente el país...

Veremos cómo acaba todo y cómo se desarrollan los hechos. Lo que está claro es que los intereses particulares de los Estados -todavía eje fundamental de las Relaciones Internacionales- son el fracaso de la Comunidad Internacional. Sólo un cambio en la voluntad de los gobernantes, de manera que apliquen paradigmas más internacionalistas, hará madurar a dicha comunidad consiguiendo establecer verdaderamente el orden internacional.

domingo, 20 de marzo de 2011

Historias de guerra







No es esta una nota que busque el pretencioso y muy cliché objetivo de opinar sobre la paz mundial, sobre las repercusiones negativas -y positivas- de la guerra. No es ni mucho menos una nota sobre la historia de las mismas, que si nos pusiéramos a hacer un recuento de las ya vivídas, probablemente se haría otra por no ponernos ustedes y yo, de acuerdo.


La guerra, como muchas otras cosas en este mundo, no es ni buena, ni mala, simplemente es. Fue tanto instrumento divino para liberar a su pueblo al mismo tiempo que para castigarlo por el resto de su existencia, como dínamo único conocido por el hombre para conseguir, en el mejor de los casos, cambios que más o menos alternen el poder. Sin embargo, a pesar de los ganadores -porque sí que los hay- como los perdedores, lo verdaderamente interesante que deja la guerra son las millones de historias que nunca fueron contadas, aquellas que se desvanecieron como el sonido de los disparos y que desaparecieron tan rápido como murieron sus portadores.

Y es que, la guerra es un momento en la historia en que todos los términos absolutos desaparecen para darle paso a los relativos. ¿Pasará de igual manera el tiempo para nosotros que para las familias en zona de combate? ¿significará lo mismo una lata de atún para la familia promedio que va y compra a wallmart que para aquellos que viven en las ruinas de una ciudad destruída por el fuego? ¿los refugiados de guerra sabrán por qué se está peleando? ¿estarán de acuerdo? ¿tendrán una esperanza sobre el futuro?

¿Se tendrán miedo a las mismas cosas? ¿habrá espacio para el amor? ¿la compasión? ¿el respeto? Una mentira que de pronto te salva la vida ¿sigue siendo mala por ser mentira? Si de repente te encuentras en medio de una de las llamadas "guerras santas" y, por no ser víctima de la tortura o la muerte niegas a tu dios, ¿este te castigará en el futuro? o por el contrario ¿vale la pena sufrir y morir por él? ¿un héroe de guerra es más héroe si muere en la misma que si muere en la cama años después? ¿qué pasa si aquellos que luchan por un fin medianamente loable pierden su guerra? ¿merecen ser recordados?

¿En las guerras siempre hay un bando "bueno" y otro "malo"? y si los hay, ¿son fácilmente distinguibles? ¿se puede calcular cuántas vidas humanas se salvaron gracias a todas las muertes ocasionadas por una guerra? ¿los niños dejan de ser niños y maduran forzosamente más rápido si deben huir, esquivar balas y ver a sus madres morir? Un soldado que ha matado a decenas de personas de repente le perdona la vida a un niño, ¿es automáticamente bueno? ¿es lo mismo asesinar que matar a alguien en una guerra? ¿cuáles valores y principios se mantienen durante el combate y cuáles desaparecen?

Todas estas preguntas me surgen a horas de haberme enterado que, para variar, Estados Unidos lleva actualmente acabo una intervención el Libia. No nos engañemos. La motivación principal de este país no es, para nada, ayudar a los rebeldes a derrocar al tirano, al dictador y ayudarlos a obtener su anhelada democracia, no. Estados Unidos, como en toda su historia, está motivado por sus añoranzas imperialistas y por motivos económicos. Eso es lo que este país es: poder y dinero, eso es todo lo que busca.

Históricamente Estados Unidos de América NO brinda ayuda, interviene y después cobra, y generalmente, cobra caro.