sábado, 30 de mayo de 2009

La decadencia del sentir

Uno de los libros más antiguos, junto con el código de Hammurabi, es la biblia. Visto desde un punto de vista meramente histórico, los judíos son uno de los pueblos que más atrás pueden rastrear sus orígenes gracias a la constumbre casi coloquial de escribir su propia historia. El viejo testamento debe ser leído con cuidado dado que, habiendo sido escrito en un idioma tan antiguo, sobrevivido imperios, reyes, interéses y civilizaciones para posteriormente ser traducido a todos los idiomas del nuevo mundo, es natural que no tengamos la versión original.

Lo que si podemos rescatar, sin temor a equivocarnos, son las ideas tan básicas que mucho más tarde revolucionarían la historia y que se encuentran escritas ahí, antes de que la "ciencia" las "descubriera". La que motiva este texto, es la idea de que todo en el universo, desde que nace, ya está muriendo. Todo está en un proceso de degradación, o mejor dicho, nada. excepto Dios, es infinito. No se sorprenda el lector cuando aclaro que no estoy validando lo que dice la biblia, simplemente aclaro que siendo un libro tan antiguo e influyente, no sólo de las personas comunes sino también de las que generalmente se aceptan como cultas, es menester creerle.

Una vez aceptada esta idea, lo único que nos resta es esperar el fin del mundo. No vendrá este motivado por jinetes, bestias mutantes o anticristos. No vamos a ver plagas, tormentas de fuego, querubines tocando trompetas ni una nueva Jerusalén de oro bajando del cielo. El final del mundo -que ya dijimos comenzó desde el génesis de este- se va a producir de dentro hacia afuera. Una vez que el ser humano pierda por completo la capacidad de sentir, sabremos entonces que estamos listo para autodestruirnos.

Muestras de esta afirmación tan heróicamente hecha las encontramos en todas partes. Hoy en día es más sorprendente ver en las noticias una acción que bien o mal podamos calificar de bondadosa o motivada por el amor, que ver guerras, asaltos, fraudes o corrupción. Hoy en día hay frases como "Aún en un mundo como este, también hay espacio para el amor" cuando debería ser diametralmente al revés, en un mundo que fue creado "por el amor" (Hermosillo, 2009) a penas y debería haber espacio para el mal.

Hoy en día se han terminado las historias de amor a primera vista. Los hombres, que en algún momento histórico habían comenzado a saber como expresar sus sentimientos, han vuelto paulatinamente a protegerse en su coraza del machismo y de su papel de protectores de la especie. Las mujeres están llegando a la misma conclusión, expresar lo que uno siente no solamente es peligroso sino estúpido, ya que la vulnerabilidad adquirida al revelar lo que pasa en el intangible mundo del corazón es equivalente a meterse en una manada de lobos, oliendo a sangre.

Las personas deben andar con cuidado en un mundo que les pertenece. Desde el inicio, la mejor manera que encontraron las personas para organizarse fue juntarse con otras personas con las que compartían cosas en común, y alejarse y odiar a aquellas que eran diferentes. Hoy en día, la gente odia a los diferentes incluso dentro de sus mismas fronteras. La decadencia que el ser humano tiene en el sentir ha hecho que seamos egoístas, y no ese egoísmo que tan bien ha sido camuflajeado de doctrina filosófica ni tampoco ese del que la teoría económica con modelos elegantes asegura que nos llevará al bien común (!!!).

"La escasez de los recursos naturales no parece ser una variable importante en el crecimiento" leí hace poco en un libro de Macroeconomía Avanzada. Tal parece ser, que en efecto, viviremos para siempre. No puedo pensar en una frase que englobe de mejor manera el pensamiento actual del hombre. Porque no se habla de desarrollo económico, no, se habla propiamente de crecimiento, y este se alcanza, fundamentalmente mientras la gente consuma más para que las empresas produzcan más año con año. Pronto, pronto la naturaleza, el mundo, gaia o como gustemos llamarle nos va a pasar factura y dudo mucho que podamos hacer algo.

Los niños aprenden lo que es la guerra antes de poder hacerse una idea propia de quién es Dios. La incertidumbre que reina en la juventud ya no sirve más como fuerza revolucionaria creadora de ideas y defensora de ideales, ahora esa incertidumbre crea depresión, confusión y tristeza. Los adultos luchan cada día por hacerse de una posición "respetable" ante los demás y gracias a eso encontramos cada vez menos personas dispuestas a formar familias. Y en la vejez lo único que se espera es la muerte mientras se ve con desilusión a las nuevas generaciones. El único común denominador entre todas las generaciones es la desesperanza.

No es que sea algo malo o bueno, es algo que simplemente es. Es algo que inevitablemente sucedería y lo único digno que podemos hacer ahora es ser lo suficientemente coherentes para aceptar las consecuencias. La tecnología, el progreso, la evolución del pensamiento y la consecuente pérdida de inocencia que todo eso dio como resultado desató la decadencia del sentir y por ende, del ser humano.

sábado, 23 de mayo de 2009

Declaración de principios

Y empezamos con la entrada de la única mujer del blog. Ya no sé si existe porque puede interesar lo que yo tenga que decir o por querer preservar algún tipo se sentido de diversidad, pero aquí está.

Y de repente, el miedo que me acecha desde mucho. La noción de que por más capacidad que tenga de llevar una buena conversación, por más que me interese mi entorno, por más organizadas que pueda llegar a tener mis ideas, o por más apertura a la retroalimentación y confrontación que pueda tener, no creo tener mucho que decir. No dudo que sí haya ciertas ideas volando en mi cabeza que puedan ser “perpetuadas”, pero el punto es que vivo bajo la sombra de los pseudo-intelectuales filósofos, letrados, políticos o economistas (sin agraviar al queridísimo Santi), y nunca he podido ni siquiera acercarme a entender ninguna de éstas áreas de estudio. Cualquier logro académico que haya tenido en este sentido, se debe más a mi capacidad de abstracción, que a la creación de un aservo intelectual.

Y ya no sé si es porque definitivamente mi cerebro está muy poco desarrollado del lado derecho, o porque realmente nadie lo hace y soy de las pocas que no busca aparentar que en verdad las entiende. Si bien pueda discutir un poco de Nietzche y afirmar que la dualidad vida-muerte se da porque la vida humana es lineal, y que si fuese circular y se pudiera retornar a los eventos previamente llevados a cabo, la muerte perdería sentido pues no sería algo inconscientemente anhelado; o de las categorías aristotélicas llevadas a un plano contemporáneo manifestadas en las dictaduras del siglo XX en latinoamérica, no creo saber de qué estoy hablando. ¿Hablar de la regla de la oferta y la demanda?... segurísima de no saber de qué estoy hablando. Mis intentos por escribir siempre han tienen más que ver con cuestiones pseudo-artísticas que pseudo-científicas.

Y es así como entiendo que todo esto de escribir tiene más que ver con decir las cosas bien y tener las ideas organizadas dentro de tu cabeza, más que con tener en verdad algo que decir. En algún lugar leí que las personas que escriben claramente es porque piensan claramente. Supongo por esto que no es una habilidad de muchos.

Y entonces llego a la conclusión de que eso es precisamente parte de quién soy, quizás hasta parte de por qué me gusta escribir y por qué escribo lo que escribo. ¿La economía deber ser lógica y racional? Pues al parecer, yo no soy ni lógica, ni mucho menos racional.

Y por esto confieso que yo sí hablaré del tema más trillado; yo dejaré los dilemas políticos y los debates acerca de la crisis financiera a quienes se crean capaces de poder verdaderamente entenderlos y hasta proponer soluciones (nuevamente, sin agraviar); yo, lo único que haré, es compartir una fracción de mis pensamientos acerca de aquello que conozco (que es poco). Creo que como hace falta la promoción de espacios de discusión, como éste, también hace falta valorar la estética, las artes y las humanidades en el día y día, y por qué no, el rol que éstas juegan en la evolución propia de una sociedad y hasta de la humanidad en conjunto.

Y ya sé que piensan que las ciencias sociales como la política y la economía también caen dentro de este campo de las humanidades, o que el mundo artístico y el mundo intelectual no están pleados, pero les pido y les ruego que entonces ustedes tengan la amabilidad de entender que yo, de esos argumentos, no entiendo nada.

Y tras esta larga declaración de principios muy al estilo Charles Foster, reafirmo mi poca intelectualidad, pero mis grandes deseos de seguir exponiéndola de una manera sumamente clara.


Y así.

miércoles, 20 de mayo de 2009

Ahora resulta que todos conocían a Benedetti


No malinterprete el lector mi tan malintencionado título. Por supuesto que la mayor parte de las personas podían más o menos ubicar el nombre de Mario Benedetti y acomodarle sin pensarlo el mote de poeta o escritor. Otros, más o menos letrados o afortunados seguidores de noticias, habrán visto alguna entrevista de él, y ya sea por información ahí adquirida o por su acento, podrían intuir su nacionalidad Argentina o, en realidad, Uruguaya. Pocos sabíamos, hasta hoy, que nació un 14 de Septiembre de 1920 y que elegir el exilio defendiendo sus ideas lo convirtió en mártir del golpe de estado a su país en 1973.



Sin embargo es ridículo conocer a un escritor por su biografía. Es inútil juzgar su vida a través de su historia. A un escritor se le conoce por lo que escribe. Un escritor piensa, siente, ama, llora y ríe con tinta y papel. La persona, la historia y las vivencias de un poeta nunca podrán ser desligadas de su poesía. La obra de un escritor es el mejor testigo de su pasado, el narrador más objetivo de su presente, y claro, el perpetuador de su futuro.

Por eso mismo es molesto ver los status en facebook, los nicks de messenger y los mensajes personales en el mismo haciendo alusión al escritor. Ahora resulta que todos conocían, admiraban, leían y tenían una poesía favorita dentro del repertorio. Ahora resulta que todos lo van a extrañar. "QDE Mario Benedetti", "Gracias Don Mario", "Te vamos a extrañar", y los más aventurados acompañan su frase trillada con un verso o dos de algún poema sacado expresamente de wikipedia.

En México se lee poco y se lee mal. Hasta el año pasado la cifra iba en menos de tre libros por año. Y basta ir a las principales librerías comerciales para ver que entre sus Best Sellers figuran libros de "Superación Personal"/1, libros escritos por esa bola de actores y cantantes sin vigencia y que buscan un último suspiro de fama o, a partir del Código Da Vinci, esa abrumadora cantidad de libros sobre Templarios y sociedades secretas que buscan terminar con la fé, como si esta no se hubiera terminado ya.

Y ahora resulta que la mayoría de mis contactos en facebook y en messenger, toda la vida leyeron a Benedetti. Ahora resulta que todos tienen la calidad moral para citarlo dentro de sus nicknames esperando que, otros como ellos, crean que si son capaces de citar un verso, seguramente se debe a que conocen toda la obra. No entiendo la necesidad de las personas de buscar ser interesantes y profundos, cuando ya no queda mucho espacio en el mundo para eso.

martes, 19 de mayo de 2009

De la justificación del blog

Lo supe hace mucho tiempo. En algún momento me dí cuenta de que las pláticas con ciertas personas siempre arrojaban conclusiones trascendentales, o risas estúpidas. Aún no sé cuál de las dos es mejor. Quise atribuirle esto a una de dos conclusiones: O todas las personas en este mundo tienen algo interesante o gracioso que decir, o he tenido la suerte de conocer personas que, además de inteligentes, se interesan por su entorno. La vida nos da continuos ejemplos de que la primera de mis hipótesis se rechaza categóricamente.
Otra aptitud que creo encontrar en los colaboradores de este blog, es la judía costumbre de escribir. Poco o mucho, todos lo han hecho y más o menos tienen la habilidad de organizar sus ideas. Espero este sea un espacio para perpetuar esas ideas y conociendo las diversas personalidades de mis invitados, debatirlas, no en tono amable ni respetuoso, porque así no son las críticas, sino en afán de retroalimentación y confrontación.
Es de debatir el nombre anglosajón de nuestro blog; pero les aseguro que se debe simplemente a una cuestión meramente de gusto. En cuanto uno de nuestros colaboradores lo sugirió, me gustó porque era al mismo tiempo difícil de decir, y fácil de recordar. También es mi más clara muestra de tolerancia, misma que espero tengamos todos.
Finalmente, es de notar mi pseudónimo -Santiago- que básicamente responde al hecho de que así quiero que sea. De cualquier manera, los nombres se olvidan rápido.
Les agradezco entonces a todos que acepten ser parte de este proyecto. No tiene una finalidad muy clara; pero si una justificación utópica, ser más amigos que antes.