
Como comentario de bienvenida, diré que es un placer poder compartir estas páginas bloggeras con ustedes. Para los que no me conozcan, soy un estudiante de periodismo de la lejana ciudad de Barcelona (Cataluña) y que estuve de intercambio en Monterrey (México), tierra que siempre quedará en mi corazón.
Mis aportaciones estarán, seguramente, muy relacionadas al mundo de la sociología, en general, y del periodismo en particular en muchos casos. Temas como la política, la religión o la interculturalidad son una pasión para mí.
Como primera actualización quiero hacer un homenaje al reportaje, género de géneros, y a su mayor representante, Ryszard Kapuscinski.
El periodismo se encuentra en cierta crisis de credibilidad por muchos motivos. En primer lugar, las limitaciones que encuentra el periodista a la hora de producir información (espacio, tiempo, recursos económicos, influencias de poder...) y en segundo lugar la relación con la cúpula política. La desconfianza en los actores políticos se transmite a través de unos medios politizados que en lugar de informar se han convertido en medios de propaganda política: fíjense en los medios y verán como sólo encontramos citas y citas de políticos o personajes de poder. Pero, sin duda, el motivo más relevante es la pérdida del reporterismo de la segunda mitad del siglo XX.
La figura del reportero se está perdiendo. El Kapuscinski del siglo XXI trabaja desde la oficina y rodeado de pantallas, informando sobre un conflicto que nunca ha vivido o hablando de un territorio que nunca ha pisado.
El reportaje es el género de géneros. El reportaje equilibra la información con la opinión argumentada (interpretación) lo que nos permite conocer un acontecimiento en profundidad. El reportaje da la opción al periodista de contar historias particulares para entender acontecimientos más globales. En el reporterismo de Kapuscinski, la mejor manera de contar una historia es vivir esa realidad, por dura que sea. Os recomiendo su obra "Un día más con vida": un reportaje sobre el conflicto de Angola que nació con la Revolución de los Claveles y la posterior independencia de Portugal el 11 de noviembre de 1975. El reportaje -escrito y vivido en el país africano- es el espíritu que escasamente encontramos en la actualidad.
Y no puedo acabar sin hacer una referencia a su ensayo "Los cínicos no sirven para este oficio". Un breve escrito en donde la conclusión es: para ser buen periodista se debe ser buena persona.
Me gustó tu nota Imanol, identifiqué, cuando hablas de como los reporteros del siglo XXI escriben las notas desde sus cómodos escritorios sin estar viviendo la noticia, con la crítica de Manfred Max-Neef a los economistas que escriben de pobreza cuando jamás han pisado un país pobre. Tanto unos como otros simplemente pecan de incongruentes, creo.
ResponderEliminarSin embargo, ¿cómo podemos confiar en un periodista si como me dijiste un día, la objetividad absoluta es algo imposible de garantizar en un reportaje?
Se debe cambiar el concepto de la profesión, algo que los mismos periodistas se han ganado a pulso. Se exige una objetividad que no existe, una verdad única y suprema que es inalcanzable. En breve, haré una actualización -intentado resolver esta pregunta- hablando de la objetividad vs subjetividad, introduciendo un elemento que considero clave y que a veces se olvida: la honestidad.
ResponderEliminarCreo que la referencia del párrafo final bien podría englobar una máxima idealista para todas las profesiones. Desde luego que una buena persona transmite su comportamiento moral a la profesión. Una buena persona que es médico, por ejemplo, tiene menos probabilidades de violar su código de ética que un buen médico que es mala persona.
ResponderEliminarEmpero me parece una cita muy acertada para el periodismo, dado que como es una profesión encargada básicamente de comunicar cosas (o producción de información como tú dices) es inherente de la condicion humana el particular sello de la subjetividad ante esta tarea.
Ergo, si vamos a consumir información impregnada de subjetividad desearíamos que dicha subjetividad proviniera de una buena persona.
Sin embargo, una buena persona no deja de ser persona, y las personas sienten miedo como es natural en los seres humanos. Mi comentario es que en países con climas de inseguridad y tensiones de poder [como México] el periodismo está en decadencia no sólo por los factores que mencionas, sino además por el instintivo miedo del ser humano.
Me gustó mucho la aportación; lo mismo pasa en economía. La vasta mayoría de economistas mexicanos neo-clásicos quieren hacer de la economía una ciencia "apolítica" (o sea, al gusto de los que mandan), objetiva y pulcra. Temen salir a la calle y ver la economía en cochina e imperfecta acción. La ciencia libertaria, como el periodismo, en México "está en decadencia".
ResponderEliminarmuy interesante! igualmente admiro a Kapuscinski. fíjate que otro gran exponente de lo tratado con los reportajes a quien he leido recientemente es Gunter Wallraff. te sugiero que consideres leer alguno de sus libros, podrías comenzar por el titulado Cabeza de Turco que es el más enfocado a reportajes del estilo que escribía Kapuscinski, aunque en este caso los temas tratados estan completamente en el área de los derechos sociales en las labores profesionales e industriales en Europa. saludos desde estas tierras regiomontanas de Monterrey, NL. estamoe en contacto.
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