sábado, 23 de mayo de 2009

Declaración de principios

Y empezamos con la entrada de la única mujer del blog. Ya no sé si existe porque puede interesar lo que yo tenga que decir o por querer preservar algún tipo se sentido de diversidad, pero aquí está.

Y de repente, el miedo que me acecha desde mucho. La noción de que por más capacidad que tenga de llevar una buena conversación, por más que me interese mi entorno, por más organizadas que pueda llegar a tener mis ideas, o por más apertura a la retroalimentación y confrontación que pueda tener, no creo tener mucho que decir. No dudo que sí haya ciertas ideas volando en mi cabeza que puedan ser “perpetuadas”, pero el punto es que vivo bajo la sombra de los pseudo-intelectuales filósofos, letrados, políticos o economistas (sin agraviar al queridísimo Santi), y nunca he podido ni siquiera acercarme a entender ninguna de éstas áreas de estudio. Cualquier logro académico que haya tenido en este sentido, se debe más a mi capacidad de abstracción, que a la creación de un aservo intelectual.

Y ya no sé si es porque definitivamente mi cerebro está muy poco desarrollado del lado derecho, o porque realmente nadie lo hace y soy de las pocas que no busca aparentar que en verdad las entiende. Si bien pueda discutir un poco de Nietzche y afirmar que la dualidad vida-muerte se da porque la vida humana es lineal, y que si fuese circular y se pudiera retornar a los eventos previamente llevados a cabo, la muerte perdería sentido pues no sería algo inconscientemente anhelado; o de las categorías aristotélicas llevadas a un plano contemporáneo manifestadas en las dictaduras del siglo XX en latinoamérica, no creo saber de qué estoy hablando. ¿Hablar de la regla de la oferta y la demanda?... segurísima de no saber de qué estoy hablando. Mis intentos por escribir siempre han tienen más que ver con cuestiones pseudo-artísticas que pseudo-científicas.

Y es así como entiendo que todo esto de escribir tiene más que ver con decir las cosas bien y tener las ideas organizadas dentro de tu cabeza, más que con tener en verdad algo que decir. En algún lugar leí que las personas que escriben claramente es porque piensan claramente. Supongo por esto que no es una habilidad de muchos.

Y entonces llego a la conclusión de que eso es precisamente parte de quién soy, quizás hasta parte de por qué me gusta escribir y por qué escribo lo que escribo. ¿La economía deber ser lógica y racional? Pues al parecer, yo no soy ni lógica, ni mucho menos racional.

Y por esto confieso que yo sí hablaré del tema más trillado; yo dejaré los dilemas políticos y los debates acerca de la crisis financiera a quienes se crean capaces de poder verdaderamente entenderlos y hasta proponer soluciones (nuevamente, sin agraviar); yo, lo único que haré, es compartir una fracción de mis pensamientos acerca de aquello que conozco (que es poco). Creo que como hace falta la promoción de espacios de discusión, como éste, también hace falta valorar la estética, las artes y las humanidades en el día y día, y por qué no, el rol que éstas juegan en la evolución propia de una sociedad y hasta de la humanidad en conjunto.

Y ya sé que piensan que las ciencias sociales como la política y la economía también caen dentro de este campo de las humanidades, o que el mundo artístico y el mundo intelectual no están pleados, pero les pido y les ruego que entonces ustedes tengan la amabilidad de entender que yo, de esos argumentos, no entiendo nada.

Y tras esta larga declaración de principios muy al estilo Charles Foster, reafirmo mi poca intelectualidad, pero mis grandes deseos de seguir exponiéndola de una manera sumamente clara.


Y así.

2 comentarios:

  1. Al respecto, quiero comentar un par de cosas echando mano de un par de frases que leí en un par de libros.
    "...porque cada uno de nosotros sabe infinitamente más de lo que cree y cada uno de los otros infinitamente más de lo que en ellos queremos reconocer."

    "Recuerda por favor que el orgullo excesivo es un pecado corriente, pero que un hombre puede, con la misma facilidad, frustrar la voluntad de Dios por una excesiva humildad"

    Ambas frases (la primera atribuible a Saramago, la segunda a Follet) fácilmente se complementan y nos dan como resultado una conclusión interesante. Todas las personas que muestran una excesiva humildad hacia sus conocimientos o cultura general es, primero, porque se saben conocedores de muchas cosas y se sienten con la capacidad de hablar de ellos y, segundo, utilizan esta humildad de una manera soberbia para ser reconocidos.

    Entonces, ni sabes "pocas" cosas porque es un término, como todo adjetivo calificativo, muy relativo, ni es verdad que hay temas de los que no "entiendes nada" porque confías en tu inteligencia mucho más de lo que quieres expresar en tu texto.

    Tipo.

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  2. Es decir lo mismo que yo dije pero de una forma más directa.

    Lo único en que lo que difiero es en meter a fuerzas divinas en esto. Por eso me quedo con Saramago. Además de que ÉL es Dios.

    Si bien vamos a partir de la premisa de que todos los términos son relativos o todas las ideas son cuestionables (porque sí lo son), entonces se debe también aceptar la noción de que cualquier tipo de conocimiento no vale mucho por sí mismo.

    Casi creo.

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