El tema de moda es, sin duda la participación de Enrique Peña Nieto, candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a la presidencia de la república en la Feria Internacional del Libro (FIL) en Guadalajara.
Para poner en contexto, resulta que, un periodista que me parece era español le pregunta al candidato "¿cuáles han sido los tres libros que han marcado su vida?". El hijo preferido de Atlacomulco se metió en una serie de problemas primero, al no dar una respuesta clara, segundo, al citar la biblia escuchándose un poco tonto aclarando "pero no la he leído toda", tercero, citando nombres de libros con los autores equivocados, cuarto, balbuceando oraciones muy mal articuladas y quinto, preguntándole a los miembros de su staff cosas sin que ellos supieran responder.
A partir de entonces, benditas sean las redes sociales, una serie de posts con la noticia, los videos, imágenes, chistes y publicidad apócrifa de Gandhi inundaron el ciberespacio. Lo que sigue, ahora sí, es mi humilde opinión sobre todo esto.
Muchas de las críticas vienen, perdónenme ustedes, de muchas personas que podrían, a lo mucho, dar una respuesta igual de cortada y en apuros que la de Peña Nieto. Ya sea por no haber leído, lo cuál es muy probable dada la tasa de lectura del país, o por haber leído libros que en nada aportan al capital intelectual de una persona.
Un amigo me dice entonces, "¿cuántos libros debo haber leído para poder criticarlo?" y yo contesto "¿cuántos libros debió haber leído él para que no lo criticaras?". La respuesta la tomo de otro post, una amiga dice "Sí, pero él es candidato a la presidencia (y luego su inconsciente traicionándola añade) del PRI" y entonces yo pienso un poco que entonces la democracia está mal. En teoría, en una democracia hecha y derecha, cualquiera debería poder aspirar a ser tanto gobernado como gobernante, sin importar si ha leído o no.
Luego nos iríamos a un tema de calidad. ¿Qué tal que el Don Enrique Peña Nieto hubiese respondido "Bueno pues son El monje que vendió su Ferrari, Quién se robo mi queso y Juventud en éxtasis? como manda su pasado de administrador (sí, no se hagan, a ustedes y a los mercadólogos les encantan esos libros). ¿Cuál sería la crítica en ese caso?
Pícaremente alguien usó esas maravillosas publicidades apócrifas (o no, no lo sé) de Gandhi diciendo "Dime que apoyas a Peña Nieto y te diré cuántos libros has leído". Aunque graciosa sí, carece de todo sentido e interés predictivo. Con la tasa de lectura del país, probablemente podemos decir, "Dime si eres mexicano, sin importar a quién apoyas políticamente, y te diré cuántos libros has leído", ¿no?
Al final, creo que lo de Peña Nieto es criticable por otras razones. Es criticable por su incapacidad de responder de forma coherente a una pregunta sencilla, por la imagen internacional de los candidatos a la presidencia del país, por la forma en la que aparentemente no puede expresar sus ideas si no se las escribió alguien y las puede practicar con antelación. Esas cosas sí son cosas importantes en la política. No la cantidad de libros que has leído.
Dos ejemplos. Si López Obrador confiesa que no ha leído más de 10 libros en su vida no me importaría porque yo le daría más peso a que él ha estado recorriendo el país durante los últimos años, cada uno de los municipios, conociendo las necesidades, hablando con las personas y en definitiva poniéndose en sus zapatos, a que haya leído toda la colección de Krauze. Por otro lado, yo sospecho que el que más libros ha leído de todos estos actores es Cordero, ¿de algo le ha ayudado eso al pobre? me parece que no.
Por cierto, yo no podría decir tres libros que han marcado mi vida.
Al final, somos víctimas (todos) de cómo se hace la política en este país. Tenemos años pidiendo que se haga con base en propuestas y, al final, como que le damos más peso a otras cosas.
domingo, 4 de diciembre de 2011
miércoles, 23 de noviembre de 2011
Pobre México...
"Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos" Frase atribuída a José de la Cruz Porfirio Díaz Mori.
En efecto, uno de los grandes errores que ha cometido el país es creer todo lo que los vecinos imperialistas dicen. Les hemos creído sus sistema económico, les hemos creído sus reformas liberales, les hemos creído sus promesas de desarrollo y su ayuda en temas de seguridad. Pobres mexicanos somos, con aspiraciones pequeño burguesas que hasta les hemos creído que una vida de consumo vale la pena.
Yo diría hoy en día "Pobre México, tan lejos de Latinoamérica y tan cerca de Estados Unidos". Si tan sólo nos acercásemos un poco más a los pueblos con los que sí tenemos algo en común. El idioma, la sangre, la cultura, el sabor, el pasado, la desesperanza y los sueños. ¿Qué tenemos en común con estados unidos? Nada, es una vil relación de dominado y dominador.
La última brillante idea del gobierno federal fue emular el "Black Friday", ese día después de conmemorar a los nativos dándole gracias a los colonos por darle en la madre a su cultura.
"El Buen Fin" anunció con bombo, platillo y hastag en twitter su presidente. !El fin de semana más barato del año! decía, en el que los comercios ofrecerán descuentos, precios de risa, casi regalado. Y ahí va el pobre mexicano con aspiraciones de grandeza a ver si puede comprar la pantalla de plasma que pondrá, eso sí, en una sala vieja y descuidada con muebles que casi se caen. Intentará encontrar una buena oferta para comprar un mejor celular que casi no utilizará porque nunca tendrá saldo. Otros, los que ya son pequeño burgueses y que ahora tienen la aspiración de dejar de ser asalariados, cambiarán su Iphone 4 por el exactamente igual Iphone 4s.
Lejos de que "El Buen Fin" sea una buena o mala idea, en general, es una idea mal justificada. ¿"Dinamizar la economía"? ¿"Incentivar el consumo"?.
Como muchos habrán previsto y más tarde se confirmaría, la mayoría de estas compras o transacciones se hicieron gracias al instrumento más maléfico creado por los seres más malvados: el crédito al consumo. Entonces, corríjanme si me equivoco, simplemente lo que se está haciendo es sustituir consumo futuro, por consumo presente. Y eso sin tomar en cuenta todas las tarjetas que caerán en morosidad en los siguientes meses. Entonces se dinamizó la economía, en ¿un fin de semana?, ¿en verdad un hecho asilado dinamiza la economía de un país?
No. Una economía se dinamiza con trabajo, con creación de valor, con mejores salarios, con protección a la pequeña y mediana empresa nacional, con reglas más claras, con mercados financieros bien regulados, con créditos más baratos, con bancos que dejen de hacer lo que les pega la gana y con un gobierno que haga caso a los intereses de los ciudadanos, no de los empresarios.
"Si la democracia no controla el poder económico, no funciona" dijo alguna vez Don José Saramago, tal parece que en México, es exactamente lo contrario.
En efecto, uno de los grandes errores que ha cometido el país es creer todo lo que los vecinos imperialistas dicen. Les hemos creído sus sistema económico, les hemos creído sus reformas liberales, les hemos creído sus promesas de desarrollo y su ayuda en temas de seguridad. Pobres mexicanos somos, con aspiraciones pequeño burguesas que hasta les hemos creído que una vida de consumo vale la pena.
Yo diría hoy en día "Pobre México, tan lejos de Latinoamérica y tan cerca de Estados Unidos". Si tan sólo nos acercásemos un poco más a los pueblos con los que sí tenemos algo en común. El idioma, la sangre, la cultura, el sabor, el pasado, la desesperanza y los sueños. ¿Qué tenemos en común con estados unidos? Nada, es una vil relación de dominado y dominador.
La última brillante idea del gobierno federal fue emular el "Black Friday", ese día después de conmemorar a los nativos dándole gracias a los colonos por darle en la madre a su cultura.
"El Buen Fin" anunció con bombo, platillo y hastag en twitter su presidente. !El fin de semana más barato del año! decía, en el que los comercios ofrecerán descuentos, precios de risa, casi regalado. Y ahí va el pobre mexicano con aspiraciones de grandeza a ver si puede comprar la pantalla de plasma que pondrá, eso sí, en una sala vieja y descuidada con muebles que casi se caen. Intentará encontrar una buena oferta para comprar un mejor celular que casi no utilizará porque nunca tendrá saldo. Otros, los que ya son pequeño burgueses y que ahora tienen la aspiración de dejar de ser asalariados, cambiarán su Iphone 4 por el exactamente igual Iphone 4s.
Lejos de que "El Buen Fin" sea una buena o mala idea, en general, es una idea mal justificada. ¿"Dinamizar la economía"? ¿"Incentivar el consumo"?.
Como muchos habrán previsto y más tarde se confirmaría, la mayoría de estas compras o transacciones se hicieron gracias al instrumento más maléfico creado por los seres más malvados: el crédito al consumo. Entonces, corríjanme si me equivoco, simplemente lo que se está haciendo es sustituir consumo futuro, por consumo presente. Y eso sin tomar en cuenta todas las tarjetas que caerán en morosidad en los siguientes meses. Entonces se dinamizó la economía, en ¿un fin de semana?, ¿en verdad un hecho asilado dinamiza la economía de un país?
No. Una economía se dinamiza con trabajo, con creación de valor, con mejores salarios, con protección a la pequeña y mediana empresa nacional, con reglas más claras, con mercados financieros bien regulados, con créditos más baratos, con bancos que dejen de hacer lo que les pega la gana y con un gobierno que haga caso a los intereses de los ciudadanos, no de los empresarios.
"Si la democracia no controla el poder económico, no funciona" dijo alguna vez Don José Saramago, tal parece que en México, es exactamente lo contrario.
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jueves, 25 de agosto de 2011
El Monterrey que yo conocí
Este julio que pasó, se cumplieron tres años de la primera vez que yo toqué suelo neoleonés. Llegué ahí con la firme intención de ser aceptado en una de las mejores escuelas de economía del país y, por supuesto, de vivir en esa ciudad durante los próximos dos o tres años (al menos).El taxi (carísimo) me llevó por una gran avenida llamada Miguel Alemán y la primera impresión que tuve fue la de las decenas de parques industriales que yacen en apodaca, algunos ocupados, algunos en espera del próximo emprendedor. Seguí en el taxi, eran casi las 2 de la mañana cuando llegué a la "sultana del norte" y mi parada era la avenida Madero en donde se encontraba un hostal en el que habría de vivir el siguiente mes y medio.
Diariamente tenía que caminar hasta avenida Pino Suárez y su gran e imponente arco, monumento a la revolución (creo) que tanto me impresionaba. Tomaba la ruta "17 Pío X" que me llevaba hasta la puerta de la facultad en la "Loma Larga". Diario, también, regresaba en ese mismo camión casi a las 10 de la noche hasta el gran letrero de "CARTA BLANCA" para caminar las mismas cuadras y regresar al hostal.
Cuando fue un hecho que viviría en Monterrey, comencé a vivir en la colonia "contry", apenas a un lado del Starbucks de revolución, justo en la casa que está junto al Oxxo. Los primeros seis meses tomaba un viejo camión que me llevaba hasta la "alameda" donde tomaba de nuevo el "17 Pío X" hasta la facultad. Y así regresaba siempre en la noche. Me encantaba caminar por el camellón de Alfonso Reyes desde Revolución hasta Garza Sada para ir a Soriana Contry, el primer soriana decente que había conocido en mi vida. En invierno, amaba pararme afuera del soriana y ver a lo lejos el cerro de la campana y más allá la sierra madre siento románticamente tocada por la bruma. Me enternecía ver la niebla ocultando la silla del cerro que me quedaba apenas enfrente de donde vivía.
Después tuve coche y cambiaron mi facultad a Mederos. Manejaba por revolución hasta que ésta se fundía con Garza Sada y entonces iba hasta Lázaro Cárdenas, justo ahí, poco después de su estatua, para retornar e ir a estudiar mi maestría.
Fui en no pocas ocasiones al barrio antiguo a bares y "antros" tanto de mala, malísima muerte, como a algunos más o menos decentes. Fui a San Pedro y me sentí fuera de un país con una realidad muy diferente a la de ese municipio. Conocí Guadalupe y me gustaron sus colonias a la falda del cerro de la silla. Después frecuenté San Nicolás y me sentí, en no pocas ocasiones, en casa. Apodaca, me daba miedo.
La gente en Monterrey es muy diferente a la gente Tapatía o del Distrito Federal. Le gusta la competencia, odia perder, habla fuerte, claro y golpeado. No se guarda nada, en Guadalajara serían imprudentes y, como dice doña chelo, "claridosos". Pero son buenos. Gente que lucha y trabaja, quizá motivados por el dinero más que por cualquier otra cosa, pero al final productivos y competitivos. Gente que no merece lo que está pasando.
Dos años y medio después, todo cambió. Jamás volví a barrio antiguo, jamás volví a caminar por Santa Lucía. Volví a MARCO en un día soleado y caluroso, pero jamás volví a recorrer la macroplaza en la noche. Regresar de San Nicolás hasta mi casa en las faldas del cerro de la silla se convirtió en una tortura psicológica. En tres ocasiones los militares me desviaron porque había bloqueos justo en los archos de Pino Suárez que nuevamente me impresionaban, por razones ahora muy diferentes. Ir en tu coche y ver una camioneta a un lado tuyo era, literalmente, una ruleta rusa.
El paisaje, cambió. La vida nocturna desapareció. No pasó un sólo día sin que viera convoys militares y noticias francamente de zona de guerra. Mataron estudiantes, comenzaron a aparecer colgados, destazados, muertos. Y después de un año de sentirme acogido por una ciudad, el siguiente año y medio fue de miedo, incertidumbre y duda.
Sólo quería huir de Monterrey. Fue tan grande mi miedo, que no me importó dejar amigos, novia, rutina y oportunidades con tal de salir de ahí.
Quiero, y he intentado comprender todo esto. He buscado ponerme en los zapatos de Felipe Calderón pero definitivamente no quiero imaginar lo que es vivir atrapado en un capricho que se salió de control, un partido político que no le permitiría asumir costos políticos y una conciencia que cargará con decenas de miles de muertos. Algunos (los menos diría él) completamente inocentes.
Lo que pasó hoy en el Casino Royal debe ser uno de los más grandes fracasos de su política pública en seguridad. Debe ser la noche más larga del señor presidente, de su gabinete y de todos los que no hemos hecho nada para detener esto (y quizá contribuido al problema).
Todo México debe estar de luto. Oficialmente hemos perdido el país.
domingo, 24 de abril de 2011
I don't feel great, ask me why
Dice una frase muy sabia: "no pidas, porque se te puede conceder".
Hace algún tiempo, muchos de ustedes fueron testigos de lo que, aventuradamente, denominé la "Depresión Post-Maestría" que fundamentalmente consistía en una serie de síntomas producto de la no apreciación del intelecto, poco o mucho, que se desarrollaba al estudiar una.
Hoy me doy cuenta de que no es una cuestión de apreciación del intelecto, sino más bien un desdén a tus intenciones. Permítanme explicarlo.
Hace menos de dos meses, después de ese cortamiento virtual de venas a través de las redes sociales, una empresa confío en mi y me dio trabajo. Deslumbrado, al principio por el sueldo y las prestaciones, acepté sin pensarlo y, antes de que me diera cuenta, estaba eligiendo mi cubículo, mi computadora, me estaban dando mi extensión, mis claves para hablar, claves de red, acceso a los software, al estacionamiento. Pasaron mi huella digital por un lector electrónico con el que, cuál prisión de puertas abiertas, revisan detalladamente mi horario y me dijeron mis horas de entrada, salida, comida, etc. Me agradó que mis pagos fueran a ser semanales y que la vestimenta estaba a mi criterio, al igual que mi aspecto físico (esto fue casi lo que me convenció más que todo lo demás). Parecía ser el primer trabajo que podía obtener.
Siempre, al menos desde la mitad de la licenciatura me había jactado conmigo mismo, y seguramente con otras personas que para eso soy economista, de entender más o menos bien algunos sistemas económicos entre los cuáles se encuentra el capitalismo. Entiendo la propiedad privada y la reproducción del capital como algunos de sus pilares y el sistema empresarial como el medio para lograr todo esto. Sé que existen los dueños del capital y todos los demás. Sé que el capitalismo se apoya fuertemente de las prácticas "neoliberales" de reducción del sector púbico, apertura extrema al exterior y libertad total para que los "mercados" hagan lo que quieran, para poder funcionar. Sé que el supuesto utilitarista "si cada quién busca maximizar su utilidad, se termina maximizando la utilidad de la sociedad", por más tonto que suene sólo al leerlo es la justificación filosófica de todo esto. Pero nunca, nunca había comprendido lo mediocre, vacío y tonto que es este sistema hasta que fui parte de su engranaje empresarial formalmente. Me di cuenta que, efectivamente, los pilares del sistema son su perdición.
En realidad, el sistema capitalista se basa únicamente en cuatro cosas: 1) los empresarios que por naturaleza son malos, avaros, egoístas y cuyo objetivo no es ser más ricos, sino hacer que todos los demás tengan aspiraciones pequeño burguesas sin las cuales no podrían ser explotados para el beneficio de éste, 2) las personas con aspiraciones pequeño burguesas que sueñan, algún día, ir escalando en el escalafón empresarial que en realidad es como un embudo que filtra la felicidad y la cambia por esclavitud. Mientras más puedas renunciar a disfrutar de tu vida, más lejos puedes llegar, 3) un gobierno que no hace nada para detenerlo ya que se conforma de las mismas personas con las mismas aspiraciones, sólo que mucho menos productivas, 4) una sociedad que lo permite por conformarse de las mismas personas con las mismas aspiraciones pequeño burguesas.
Podemos ver entonces que sin las aspiraciones pequeño burguesas de las personas, el sistema capitalista se derrumbaría. Desgraciadamente el sistema es tan perversamente eficiente que su manera de reproducir el capital es reproduciendo día a día, producto tras producto, comercial tras comercial, esas aspiraciones.
¿Quién, en serio, puede ir a trabajar cada día sabiendo que cualquier cosa que haga, cualquier logro, cualquier meta, es para aumentar las ganancias de los tenedores del capital? ¿Quién puede vivir sabiendo que a lo máximo que aspira es a tener el reconocimiento de aquellos que le explotan y, en el mejor (sino peor) de los casos, convertirse en un explotador de aquellos a los que perteneció?
Todos los que trabajamos en una empresa somos detestables en ese sentido.
Los pocos refugios que nos quedan, a personas como yo, son las ONG con fines más o menos pulcros, las universidades y centros de investigación en los que al menos se respete la libertad de investigar lo que se te de la gana y en donde puedas regenerar lo único que verdaderamente vale la pena en este mundo: el conocimiento.
(y como ya los veo ofendidos por ser descubiertos, sí, soy parte del sistema, jamás dije que no lo fuera)
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martes, 22 de marzo de 2011
Libia: el fracaso o la madurez de la Comunidad Internacional
El Consejo de Seguridad de la ONU ha dejado a un lado el concepto fundamental en las relaciones internacionales de NO INJERENCIA en el caso de Libia. La prepotencia y el despotismo de Gadafi es tal que la Comunidad Internacional ha decidido actuar con "las medidas necesarias" sobre terreno libio con los votos a favor de 10 países miembros del Consejo de Seguridad y cinco abstenciones (entre ellas Alemania y Rusia). Esta resolución marcará un punto y aparte en las relaciones internacionales, que veremos si resulta ser el fracaso o la madurez de la Comunidad Internacional.
La resolución de la ONU puede mostrar cierto acuerdo entre los países miembros; sin embargo, la aplicación de los paradigmas realistas en las relaciones internacionales de los estados sigue teniendo un peso fundamental. Esto inevitablemente desembocará en un individualismo interesado que tan sólo tres días después del primer bombardeo ya estamos comprobando.
Francia ha cogido las riendas como potencia política histórica dentro de Europa. Sarkozy al estilo de De Gaulle ha asumido la dirección política de esta guerra en Libia, para fortalecer su condición de potencia central europea. Cuando hablamos de guerra y salvar al mundo, Estados Unidos no puede quedar fuera y son ellos los que coordinan -de momento- la dirección militar. Aquí encontramos el primer desacuerdo y choque de potencias. Mientras Francia apela a la necesidad de una política exterior europea fuerte, Estados Unidos pide la implicación de la OTAN, en donde el país norteamericano es fuerte. En este sentido, el Reino Unido -mano derecha de los Estados Unidos y el awkward partner de Europa- defiende la intervención de los mandos de la OTAN en la dirección de esta guerra. Las divergencias con Francia no son sorprendentes, conociendo la rivalidad histórica entre ambos países y la tendencia atlantista del Reino Unido.

En este contexto, Berlusconi -compañero de Gadafi en los últimos años- ha cedido bases militares con la boca pequeña y ya ha amenazado con retirarlas si no hay unos objetivos concretos; y España ratifica hoy en el Congreso su implicación en la guerra. En medio de la crisis que tiene Zapatero en su nación, el socialista quiere sumarse al carro de las potencias occidentales en la exportación/imposición de los valores democráticos y los derechos humanos.
Tremenda paradoja cuando hablamos de imponer la democracia. Lo peor de todo es la deriva a la que puede llegar la coalición. La resolución tenía como inicio evitar los bombardeos aéreos a la población libia, pero ahora, tras conseguir con éxito este objetivo, la comunidad internacional ha continuado los ataques militares. En conclusión, las divergencias entre estados ha hecho comenzar una guerra sin objetivos claros: no sabemos si sólo es necesario la exclusión aérea de Libia, si hace falta atacar el ejército de Gadafi com cualquier medio militar, si el dictador tiene que caer, si tiene que ser detenido, si tiene que morir...
Estados Unidos ya ha dicho que no es seguro que caiga el dictador. Mucho me temo entonces que se llegue a una pírrica victoria de la coalición en una guerra que se va a alargar un sin fin hasta destruir el país y dejarlo como navío sin destino en el mar.

La casi unanimidad en el Consejo de Seguridad de la ONU y hoy, por ejemplo, en el Congreso de los Diputados en España, da argumentos a favor de dicha intervención. Sin embargo, es algo realmente peligroso, sobre todo, conociendo lo que esta sucediendo en otros países como Bahrein o Siria, o sin olvidar -por qué no- los conflictos en el Sáhara o Palestina. ¿Van a ir los cazas patrullando de Libia al resto de países árabes con revoluciones o donde se vulneren los Derechos Humanos? La respuesta es no. Y eso hace pensar en otros intereses de la Comunidad Internacional, sean económicos o geoestratégicos, ya que Libia es un país fundamental en la zona mediterránea.
Ni las muertes se evitan con más muertes, ni la democracia debe ser impuesta por los partidos de occidente. Pero lo que mal empieza, mal acaba. Gadafi lleva 40 años haciendo acuerdos con los principales líderes occidentales, también con España, comprando armamento a la industria bélica de estos países y permitiendo el regreso de inmigrantes a campos de refugiados denunciados por la vulneración de los Derechos Humanos. Mejor que la guerra, otros medios civiles deben ser capaces de evitar la muerte de los opositores libios: embargo de armas, congelación de cuentas, exclusión de cualquier relación internacional, aislar diplomáticamente el país...
Veremos cómo acaba todo y cómo se desarrollan los hechos. Lo que está claro es que los intereses particulares de los Estados -todavía eje fundamental de las Relaciones Internacionales- son el fracaso de la Comunidad Internacional. Sólo un cambio en la voluntad de los gobernantes, de manera que apliquen paradigmas más internacionalistas, hará madurar a dicha comunidad consiguiendo establecer verdaderamente el orden internacional.
domingo, 20 de marzo de 2011
Historias de guerra

No es esta una nota que busque el pretencioso y muy cliché objetivo de opinar sobre la paz mundial, sobre las repercusiones negativas -y positivas- de la guerra. No es ni mucho menos una nota sobre la historia de las mismas, que si nos pusiéramos a hacer un recuento de las ya vivídas, probablemente se haría otra por no ponernos ustedes y yo, de acuerdo.
La guerra, como muchas otras cosas en este mundo, no es ni buena, ni mala, simplemente es. Fue tanto instrumento divino para liberar a su pueblo al mismo tiempo que para castigarlo por el resto de su existencia, como dínamo único conocido por el hombre para conseguir, en el mejor de los casos, cambios que más o menos alternen el poder. Sin embargo, a pesar de los ganadores -porque sí que los hay- como los perdedores, lo verdaderamente interesante que deja la guerra son las millones de historias que nunca fueron contadas, aquellas que se desvanecieron como el sonido de los disparos y que desaparecieron tan rápido como murieron sus portadores.
Y es que, la guerra es un momento en la historia en que todos los términos absolutos desaparecen para darle paso a los relativos. ¿Pasará de igual manera el tiempo para nosotros que para las familias en zona de combate? ¿significará lo mismo una lata de atún para la familia promedio que va y compra a wallmart que para aquellos que viven en las ruinas de una ciudad destruída por el fuego? ¿los refugiados de guerra sabrán por qué se está peleando? ¿estarán de acuerdo? ¿tendrán una esperanza sobre el futuro?
¿Se tendrán miedo a las mismas cosas? ¿habrá espacio para el amor? ¿la compasión? ¿el respeto? Una mentira que de pronto te salva la vida ¿sigue siendo mala por ser mentira? Si de repente te encuentras en medio de una de las llamadas "guerras santas" y, por no ser víctima de la tortura o la muerte niegas a tu dios, ¿este te castigará en el futuro? o por el contrario ¿vale la pena sufrir y morir por él? ¿un héroe de guerra es más héroe si muere en la misma que si muere en la cama años después? ¿qué pasa si aquellos que luchan por un fin medianamente loable pierden su guerra? ¿merecen ser recordados?
¿En las guerras siempre hay un bando "bueno" y otro "malo"? y si los hay, ¿son fácilmente distinguibles? ¿se puede calcular cuántas vidas humanas se salvaron gracias a todas las muertes ocasionadas por una guerra? ¿los niños dejan de ser niños y maduran forzosamente más rápido si deben huir, esquivar balas y ver a sus madres morir? Un soldado que ha matado a decenas de personas de repente le perdona la vida a un niño, ¿es automáticamente bueno? ¿es lo mismo asesinar que matar a alguien en una guerra? ¿cuáles valores y principios se mantienen durante el combate y cuáles desaparecen?
Todas estas preguntas me surgen a horas de haberme enterado que, para variar, Estados Unidos lleva actualmente acabo una intervención el Libia. No nos engañemos. La motivación principal de este país no es, para nada, ayudar a los rebeldes a derrocar al tirano, al dictador y ayudarlos a obtener su anhelada democracia, no. Estados Unidos, como en toda su historia, está motivado por sus añoranzas imperialistas y por motivos económicos. Eso es lo que este país es: poder y dinero, eso es todo lo que busca.
Históricamente Estados Unidos de América NO brinda ayuda, interviene y después cobra, y generalmente, cobra caro.
¿Se tendrán miedo a las mismas cosas? ¿habrá espacio para el amor? ¿la compasión? ¿el respeto? Una mentira que de pronto te salva la vida ¿sigue siendo mala por ser mentira? Si de repente te encuentras en medio de una de las llamadas "guerras santas" y, por no ser víctima de la tortura o la muerte niegas a tu dios, ¿este te castigará en el futuro? o por el contrario ¿vale la pena sufrir y morir por él? ¿un héroe de guerra es más héroe si muere en la misma que si muere en la cama años después? ¿qué pasa si aquellos que luchan por un fin medianamente loable pierden su guerra? ¿merecen ser recordados?
¿En las guerras siempre hay un bando "bueno" y otro "malo"? y si los hay, ¿son fácilmente distinguibles? ¿se puede calcular cuántas vidas humanas se salvaron gracias a todas las muertes ocasionadas por una guerra? ¿los niños dejan de ser niños y maduran forzosamente más rápido si deben huir, esquivar balas y ver a sus madres morir? Un soldado que ha matado a decenas de personas de repente le perdona la vida a un niño, ¿es automáticamente bueno? ¿es lo mismo asesinar que matar a alguien en una guerra? ¿cuáles valores y principios se mantienen durante el combate y cuáles desaparecen?
Todas estas preguntas me surgen a horas de haberme enterado que, para variar, Estados Unidos lleva actualmente acabo una intervención el Libia. No nos engañemos. La motivación principal de este país no es, para nada, ayudar a los rebeldes a derrocar al tirano, al dictador y ayudarlos a obtener su anhelada democracia, no. Estados Unidos, como en toda su historia, está motivado por sus añoranzas imperialistas y por motivos económicos. Eso es lo que este país es: poder y dinero, eso es todo lo que busca.
Históricamente Estados Unidos de América NO brinda ayuda, interviene y después cobra, y generalmente, cobra caro.
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viernes, 18 de febrero de 2011
La desigualdad en la distribución del ingreso.
El título, por sencillo que parezca de comprender, es un tema que ha merecido multitud de artículos tanto teóricos como prácticos.
En términos muy sencillos, la distribución del ingreso hace referencia a cómo el ingreso por concepto de salario, rentas, rentas imputadas, etc. están repartidos en una sociedad. Para no hacerla mas larga, la investigación sobre la desigualdad en esta distribución intenta explicar por qué hay muchas personas con poquito ingreso, y poquitas personas con mucho del mismo.
Para explicar este concepto de una forma mas descriptiva y fácil de comprender, haré uso de los datos del Consejo Nacional de Población sobre desigualdad publicados en el año 2000. En promedio entre los municipios que existían en ese entonces (2443), el 20% mas pobre de la población tenia en su poder apenas el 1.14% del ingreso total del municipio, mientras que el 20% mas rico ostentaba en promedio el 65.21%. Sin embargo, en municipios como Bella Vista, Chiapas o Santa Maria Ixcatlan, Oaxaca, este 20% mas rico llegaba tener prácticamente el 100% del ingreso, dejando al 80% de la población restante, en la miseria.
En promedio entonces, la diferencia entre quintiles de ingreso es de 993.30, lo que en términos prácticos quiere decir que en general, la diferencia entre el 20% mas pobre y el 20% mas rico en un municipio promedio es de casi 1000 veces. Hay académicos e investigadores internacionales que opinan que esta diferencia no debería ser mayor de 20 veces, condición que solo cumplían 373 municipios del país y apenas 31 que están por debajo de las 10 veces de diferencia.
¿Qué significa todo esto?
Significa que si el ingreso está muy concentrado, también lo está la población que puede acceder a servicios como educación y salud de calidad. Si el ingreso está muy concentrado, también lo están las oportunidades y entonces no hay movilidad social, lo que en términos coloquiales significa, el que nace pa' maceta, no pasa del corredor, osea, si naces pobre, pobre te quedas.
¿Qué hay que hacer para equilibrar esta distribución?
Muchos piensan que una situación utópica en la que se tomara el ingreso de todos y se repartiera equitativamente sería la mejor. Yo creo que no es cierto, como decía mi abuelo, si hiciéramos eso "a los veinte minutos volvería a haber gente rica y gente pobre". Y tenía razón, lo que en realidad se debe distribuir no es el ingreso, es decir no el factor, por llamarlo de alguna manera "a posteriori. Lo que debe ser re distribuido es la capacidad de generar y reproducir el capital, es decir, el acceso a la educación, salud, especialización, cultura, etc. Más aún, lo que se debe tender a igualar son las oportunidades.
Esa es la palabra mágica, como dice Bourguinon, lo importante no es la decisión que toma el agente económico, lo importante es el conjunto de posibilidades que tiene antes de tomarla. Es decir, ¿qué opciones tiene un niño que nace en la sierra tarahumara o en Las Choapas, Veracruz. Quizá pueda llegar a acceder a algún nivel de educación básica, incluso, quizá la preparatoria... y después?
No digo que la universidad sea para todos ni la solución, digo que después de la preparatoria sí debería haber otra opción educativa que le permitiera a cualquier persona acceder al conocimiento de alguna ciencia o técnica de manera formal que le permita complementar lo aprendido gracias a la experiencia.
Entonces, si logramos igualar este conjunto de posibilidades de elección, ya no podemos culpar al gobierno o al capitalismo de la desigualdad. Desgraciadamente, pareciera que a uno, a otro o a los dos, de alguna manera les conviene esta estructura social.
¿Qué significa todo esto?
Significa que si el ingreso está muy concentrado, también lo está la población que puede acceder a servicios como educación y salud de calidad. Si el ingreso está muy concentrado, también lo están las oportunidades y entonces no hay movilidad social, lo que en términos coloquiales significa, el que nace pa' maceta, no pasa del corredor, osea, si naces pobre, pobre te quedas.
¿Qué hay que hacer para equilibrar esta distribución?
Muchos piensan que una situación utópica en la que se tomara el ingreso de todos y se repartiera equitativamente sería la mejor. Yo creo que no es cierto, como decía mi abuelo, si hiciéramos eso "a los veinte minutos volvería a haber gente rica y gente pobre". Y tenía razón, lo que en realidad se debe distribuir no es el ingreso, es decir no el factor, por llamarlo de alguna manera "a posteriori. Lo que debe ser re distribuido es la capacidad de generar y reproducir el capital, es decir, el acceso a la educación, salud, especialización, cultura, etc. Más aún, lo que se debe tender a igualar son las oportunidades.
Esa es la palabra mágica, como dice Bourguinon, lo importante no es la decisión que toma el agente económico, lo importante es el conjunto de posibilidades que tiene antes de tomarla. Es decir, ¿qué opciones tiene un niño que nace en la sierra tarahumara o en Las Choapas, Veracruz. Quizá pueda llegar a acceder a algún nivel de educación básica, incluso, quizá la preparatoria... y después?No digo que la universidad sea para todos ni la solución, digo que después de la preparatoria sí debería haber otra opción educativa que le permitiera a cualquier persona acceder al conocimiento de alguna ciencia o técnica de manera formal que le permita complementar lo aprendido gracias a la experiencia.
Entonces, si logramos igualar este conjunto de posibilidades de elección, ya no podemos culpar al gobierno o al capitalismo de la desigualdad. Desgraciadamente, pareciera que a uno, a otro o a los dos, de alguna manera les conviene esta estructura social.
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