El tema de moda es, sin duda la participación de Enrique Peña Nieto, candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a la presidencia de la república en la Feria Internacional del Libro (FIL) en Guadalajara.
Para poner en contexto, resulta que, un periodista que me parece era español le pregunta al candidato "¿cuáles han sido los tres libros que han marcado su vida?". El hijo preferido de Atlacomulco se metió en una serie de problemas primero, al no dar una respuesta clara, segundo, al citar la biblia escuchándose un poco tonto aclarando "pero no la he leído toda", tercero, citando nombres de libros con los autores equivocados, cuarto, balbuceando oraciones muy mal articuladas y quinto, preguntándole a los miembros de su staff cosas sin que ellos supieran responder.
A partir de entonces, benditas sean las redes sociales, una serie de posts con la noticia, los videos, imágenes, chistes y publicidad apócrifa de Gandhi inundaron el ciberespacio. Lo que sigue, ahora sí, es mi humilde opinión sobre todo esto.
Muchas de las críticas vienen, perdónenme ustedes, de muchas personas que podrían, a lo mucho, dar una respuesta igual de cortada y en apuros que la de Peña Nieto. Ya sea por no haber leído, lo cuál es muy probable dada la tasa de lectura del país, o por haber leído libros que en nada aportan al capital intelectual de una persona.
Un amigo me dice entonces, "¿cuántos libros debo haber leído para poder criticarlo?" y yo contesto "¿cuántos libros debió haber leído él para que no lo criticaras?". La respuesta la tomo de otro post, una amiga dice "Sí, pero él es candidato a la presidencia (y luego su inconsciente traicionándola añade) del PRI" y entonces yo pienso un poco que entonces la democracia está mal. En teoría, en una democracia hecha y derecha, cualquiera debería poder aspirar a ser tanto gobernado como gobernante, sin importar si ha leído o no.
Luego nos iríamos a un tema de calidad. ¿Qué tal que el Don Enrique Peña Nieto hubiese respondido "Bueno pues son El monje que vendió su Ferrari, Quién se robo mi queso y Juventud en éxtasis? como manda su pasado de administrador (sí, no se hagan, a ustedes y a los mercadólogos les encantan esos libros). ¿Cuál sería la crítica en ese caso?
Pícaremente alguien usó esas maravillosas publicidades apócrifas (o no, no lo sé) de Gandhi diciendo "Dime que apoyas a Peña Nieto y te diré cuántos libros has leído". Aunque graciosa sí, carece de todo sentido e interés predictivo. Con la tasa de lectura del país, probablemente podemos decir, "Dime si eres mexicano, sin importar a quién apoyas políticamente, y te diré cuántos libros has leído", ¿no?
Al final, creo que lo de Peña Nieto es criticable por otras razones. Es criticable por su incapacidad de responder de forma coherente a una pregunta sencilla, por la imagen internacional de los candidatos a la presidencia del país, por la forma en la que aparentemente no puede expresar sus ideas si no se las escribió alguien y las puede practicar con antelación. Esas cosas sí son cosas importantes en la política. No la cantidad de libros que has leído.
Dos ejemplos. Si López Obrador confiesa que no ha leído más de 10 libros en su vida no me importaría porque yo le daría más peso a que él ha estado recorriendo el país durante los últimos años, cada uno de los municipios, conociendo las necesidades, hablando con las personas y en definitiva poniéndose en sus zapatos, a que haya leído toda la colección de Krauze. Por otro lado, yo sospecho que el que más libros ha leído de todos estos actores es Cordero, ¿de algo le ha ayudado eso al pobre? me parece que no.
Por cierto, yo no podría decir tres libros que han marcado mi vida.
Al final, somos víctimas (todos) de cómo se hace la política en este país. Tenemos años pidiendo que se haga con base en propuestas y, al final, como que le damos más peso a otras cosas.
Tomando a Michel Foucault como mi referente primario, podemos establecer que es través de la generación y posesión de discursos que se engendra el poder. Los discursos a su vez son fundados en los conocimientos y en los saberes a los que cada uno nos adscribimos, nos apropiamos y a su vez modificamos. Entonces, si el poder "ser" y el poder "hacer" se encuentra en función de lo que sabemos y de la crítica misma de dicho saber, entonces considero importante el hecho de que una persona que posiblemente tenga los instrumentos y las formas de "hacer", tenga el conocimiento para hacerlo (de ahí lo relevante de que se lea). Creo, personalmente, que lo que consideras criticable del caso (imagen internacional, su incapacidad para escribir y formular respuestas coherentes) al final sólo es consecuencia de los libros que lee y la cantidad de libros que lee. Y si, podría esperarse de cualquier mexicano, pero insisto, es uno de los posibles presidentes (aunque creamos que la clase política, la institucionalidad y la democracia en México no sirven, el personaje presidencial tiene peso sobre los 112 millones de mexicanos), candidato por el PRI, más específicamente, y el hecho de que no lea implica limitaciones en su formación y en su proceder.
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