domingo, 12 de diciembre de 2010

Ensayo

Soy muy joven para morir... de aburrimiento

Guillermo Rafael Villaseñor López

Parece inevitable encontrarse cara a cara con el aburrimiento en algún momento de nuestras vidas. Es una sensación que no discrimina, todos lo hemos sentido alguna vez: una especie de monstruo amenazador que llega poco a poco, arrastrando a sus víctimas hacia la tibieza mental y de carácter; un cáncer social, formador de mediocres y ociosos. El aburrimiento tiene varias vías de acceso para invadirnos: la rutina, la falta de objetivos y metas, el desempleo, la deserción escolar, etc. El exceso de tiempo libre es el que abre paso al tedio, y es por esto que los jóvenes de la actualidad son más propensos al aburrimiento que las personas mayores.

Según las secretarías de Gobernación y de Educación Pública, la población de jóvenes que ni estudian ni trabajan, los famosos “ninis”, asciende a 285 mil, es decir, aproximadamente 1.4% de la población, por lo que más de un cuarto de millón de personas de entre 15 y 24 años tienen mucho tiempo libre para pensar qué hacer con él, pero su misma falta de madurez les impide trazar un camino para recorrer el mundo, y suelen desperdiciar día tras día en actividades mayoritariamente inútiles como exceso de videojuegos, adicción al Internet y a la televisión, narcisismo, etc., lo que puede conducir a un estado de enajenación y atrofio mental que puede culminar en depresión.

No sólo eso: los jóvenes aburridos caen muy a menudo en actividades riesgosas para su salud y las de sus seres queridos, en esa desesperada lucha por librarse del aburrimiento: el abuso de drogas, pandillerismo y alcohol son vicios comunes entre los jóvenes aburridos, y las estadísticas demuestran que de los más de diez mil accidentes de tráfico anuales ocurridos en nuestro país, la gran mayoría son protagonizados por jóvenes ebrios o drogados.

Por otro lado, la comunidad adulta en México tiene muchas ocupaciones, y según el INEGI, el nivel de desempleo es del 4.80%, incluyendo a los ya mencionados ninis, por lo que casi todos los adultos en México tienen trabajo o están buscando uno, y tienen mejores oportunidades de entretenerse, ganar dinero para darse gustos y lujos como viajes y conocer gente de carne y hueso para socializar, al contrario de los jóvenes que se idiotizan cada vez más con las vidas virtuales y las redes sociales que les proporciona el Internet y la falta de responsabilidades. Además, los adultos poseen una mayor fuerza de carácter que los ayuda a centrarse y a ponerle buena cara a sus jornadas, por muy rutinarias que sean; por el contrario, los jóvenes buscan la novedad, la moda, la nueva tendencia, y se aburren muy rápido de sus posesiones, de sus juegos, de sus actividades, de sus programas favoritos, de su calle, su casa, su familia, y hasta de ellos mismos.

Formas de combatir este problema son: la comunicación familiar, la asesoría vocacional en las escuelas, la difusión de la cultura y el deporte entre los jóvenes y un poquito menos de televisión, videojuegos e Internet.

En definitiva, los jóvenes mexicanos, ya sean ninis, estudiantes, trabajadores o desempleados, son más propensos que los adultos a caer en las garras del aburrimiento, pero éste es como un predicador religioso: sólo entra donde lo dejan entrar, por lo que el tiempo libre, el maldito tiempo libre, debe convertirse en una vida rica y llena de variedad, experiencias y razones para reír día a día.

Artículo de opinión

“Comunícame con... tigo”

Guillermo Rafael Villaseñor López

Después de un ajetreado día de sinsabores, presiones y disgusto en el trabajo, la tendencia natural de cualquier hombre es eliminar el estrés acumulado sobre su espalda apenas al llegar a casa. El descanso, la distracción ociosa controlada, y sobre todo, el silencio, el bendito silencio, son sus mejores aliados en la ardua tarea de refrescar su mente y su alma desgastadas. No quiere que le molesten ni contar cómo le fue; no le interesa improvisar insultos a la vida ni quejarse de nada ni de nadie, sólo pide un poco de silencio que le ayude a transpirar la negatividad contenida dentro de sí. “El mejor amigo es el silencio, el único que no importuna ni traiciona”, decía Confucio, seguramente agotado de tanto filosofar. “La palabra es plata; el silencio es oro”, era otra de las frases en las que contenía la sabiduría de convivir con el silencio para renovarse, pero hoy, mil quinientos años después, me atrevo a rectificar el concepto de silencio promovido por Confucio en aquél entonces: el silencio no es un amigo, porque los amigos pueden reunirse en grupos, mientras que aquél es un celoso ente abstracto capaz de echar a perder la convivencia entre varias personas. El hombre y el silencio conviven, pues, a solas, sin ninguna intervención ajena; pero esto tampoco convierte al silencio en una especie de cónyuge para el hombre, ya que sigue existiendo la imposibilidad de la intromisión de cualquier otra persona en dicha relación. ¿Qué es, entonces, metafóricamente hablando, el silencio para el hombre? Es una amante en toda regla: los encuentros con su hombre son cómodos cuando son concertados y a solas, todo lo contrario si se presenta en medio de una conversación, con el pseudónimo de silencio incómodo. Y, por supuesto, tiene la facultad de echar a perder matrimonios, cuando el hombre comienza a convivir cada vez menos con su esposa para estar con el silencio. Este problema se conoce como falta de comunicación en pareja, y puede tener como consecuencias desde un matrimonio infeliz hasta un homicidio.

Paradójicamente, entrometer al silencio en la relación no es un acto totalmente egoísta por parte del hombre, sino un asunto sin ida ni vuelta: no está dispuesto a escuchar, pero tampoco pretende ser escuchado, y su evolución es casi siempre gradual: al principio se omiten algunos detalles en la comunicación y se justifican con excusas – como ya establecimos – tales como el cansancio y la falta de tiempo para convivir, por lo que cada vez son más las palabras reprimidas dentro de ambos. Desde un punto de vista frío, esto podría no ser un problema demasiado grave, pero es necesario tomar en cuenta que un punto clave en cualquier relación es la comprensión, a la cual se llega por medio del diálogo; no hay atajos ni caminos intermedios. Incluso las conversaciones más nimias contribuyen a estrechar los lazos entre la pareja y a mantener el interés del uno por el otro y, así, promover la tendencia a ser felices. Pero no sólo eso: la comunicación también sirve para establecer la confianza que se tienen el uno por el otro, y de esta forma, sentirse seguros: el análisis psicológico de maridos agresores es contundente, y establece que las agresiones físicas y verbales tienen como fuente frecuente, si no es que segura, la falta de comunicación. Así mismo, los hombres que sospechan infidelidad en sus parejas son expertos en la disciplina de conjeturar y sospechar sin pronunciar demasiadas palabras.

Mujeres: no lleguen al punto de recurrir al llanto, al divorcio, a las restricciones penales y a los chalecos antibalas para alejarse o protegerse de sus maridos; basta con una dosis de comunicación todos los días para mantener el bienestar en su matrimonio... así como suprimir, en la medida de lo posible, a los amantes; entre ellos, el ya no tan bendito silencio.


Entrevista

Entrevista con el doctor Raymundo Magallanes

Guillermo Rafael Villaseñor López. Turno Matutino.

La pulcritud y humildad de su semblante inspiran confianza de inmediato, aún sin conocerlo. Con un saludo amistoso y la sonrisa profesional por delante, el doctor Magallanes nos invita a pasar a su oficina, que resplandece con iluminación alentadora en su color blanco reluciente. Una de las primeras cosas que llaman la atención al entrar en su despacho son los n numerosos títulos que cuelgan de las paredes, sus diplomas, reconocimientos y su título de la facultad cubana de psicología. Este renombrado personaje no sólo conoce y le ha dado seguimiento al caso del homicidio de la señora Mirabel en manos de su esposo, Leonardo Peralta, alias “La Parca”, sino que mantenía un tratamiento de terapia con ella para remediar la depresión que le provocaba la hostilidad de su marido. Así pues, Raymundo Magallanes nos da su opinión crítica y profesional de este caso.

-Doctor, ¿Cómo era el carácter de Mirabel durante el tratamiento que siguió con usted?

Mirabel era una mujer fuerte, decidida, un ama de casa ejemplar y una esposa modelo, pero ella afirmaba tener en su vida dos problemas que eclipsaban por completo todo lo bueno que había en ella. Primero, el hecho de que amaba demasiado a su marido a pesar de la falta de comunicación y los malos tratos, en lo que yo describiría como un estado de enajenación mental permanente ligado al apego dependiente del cónyuge, y segundo, la frustración que sentía por su incapacidad para tener hijos.

-¿Cree usted que estas actitudes tuvieron algo que ver con el homicidio?

Es verdad que el señor Peralta estaba hastiado del comportamiento de su mujer, pero no hay ninguna evidencia que demuestre un hostigamiento por parte de ella para exigir una alternativa para procrear o adoptar niños ni nada parecido. De hecho, según los informes, era todo lo contrario: la señora Mirabel hacía todo lo posible por ganarse de nuevo el cariño de su esposo, lo que la llevó a mejorar sus habilidades en la cocina, ya que en su mente, Mirabel identificaba el momento de sentarse a la mesa como el de mayor comprensión dentro de su matrimonio, y creía que con la comida podía transmitirle lo mejor de sí a su marido.

-Entonces, ¿La culpa debe atribuírsele totalmente al homicida?

En este caso, me atrevo a decir que sí. Por lo que dicen los informes, el señor Peralta sufría un importante caso de paranoia respecto a su esposa, y llegó incluso a pensar que era una bruja que practicaba la hechicería mientras ella dormía. Ambos tenían anormalidades psicológicas ya ambos requerían un tratamiento, pero ella fue la única que buscó ayuda profesional. Una terapia en pareja habría dado por terminada esta situación, ya fuera con un matrimonio funcional o con el divorcio, pero sólo podemos achacarle la culpa del homicidio al hombre que le disparó a su esposa varias veces y sin titubear.

-Por último, doctor, ¿Cuál es su opinión respecto a la sentencia del asesino?

Me parece excesiva. El hombre claramente está afectado en sus capacidades mentales y necesita una medicación controlada para aminorar la paranoia, y tampoco le vendría mal una reclusión en el sanatorio local, así que habría que replantear la sentencia.

Narración

Un vistazo a la ventana

Guillermo Rafael Villaseñor López

Tierna y bella, alrededor de la hora del inminente ocaso en la gran ciudad, la niña permanece recostada en la seguridad del sofá de cuero pardo junto a la ventana de su lujoso cuarto de hotel, ubicado en el segundo piso. El aroma de su inocencia se mezcla con el sonido de la exquisita música ambiental e impregna el ambiente solitario de la habitación que se extiende a sus espaldas, y un solo reflector eléctrico proyecta su luz artificial directamente hacia ella para hacerle compañía, sobre todo, cuando surja la noche.

Los vivaces ojos azules de la niña están más inquietos y curiosos que nunca, aún sin haber dormido la siesta esa tarde, pues su mirada atraviesa el amplio cristal de la ventana cerrada buscando una novedad que pueda satisfacer su espíritu infantil; algo que manifieste una belleza capaz de conmover su esencia de futura mujer y que resulte ser un diamante luminoso que atrape el brillo intacto de la niñez que aún delatan sus ojos para convertirse en un deseo: el anhelo de crecer y ser pura y perfecta de adentro hacia fuera, como su madre.

Más allá de la ventana se encuentran todas esas maravillas que ya conoce: el gato que se pasea de balcón en balcón para meter las narices no en la basura, sino en las conversaciones ajenas, el siniestro pájaro negro que deja caer nueces sobre el pavimento para que los coches arrollen su cáscara, un par de nubes unidas que dejan un resquicio perfecto a través del cual se asoma la primera estrella de la noche, y una obstinada flor que crece en medio de torres de cemento y colosos antinaturales, tal como leyó alguna vez en un viejo poema oriental. Pero ni todos aquellos sucesos de la naturaleza le satisfacen, y su mirada impaciente sigue mendigando por alimento fresco e inédito.

Mientras tanto, en la acera de enfrente del hotel, un taxi se estaciona en doble fila durante unos segundos, y después de pagar con billete y regalar el cambio, una mujer enfundada en un blanco traje de seda, sombrero y gafas oscuras, baja por la puerta trasera y camina hacia la esquina para cruzar la aparatosa avenida, la más concurrida del mundo, piensa ella. Es la madre de la niña, y cuando se le ocurre voltear hacia la ventana del cuarto del segundo piso del hotel de enfrente, una sonrisa se dibuja en su rostro al divisar la silueta oscura de su hijita, provocada por el reflector de luz. Y aunque no alcanza a distinguir sus ojos, idénticos a los suyos, tiene la certeza de que se miran la una a la otra por medio del fuerte afecto que las une, esa sincronía especial que comparten madres e hijas; pero al levantar el brazo en ademán saludador no recibe respuesta alguna por parte de su pequeña, y se contenta con comprobar intacta la obediencia de Nenúfar, su hija de siete años: - “Quédate ahí sentadita” – le dijo horas atrás, antes de salir – “Mami tiene que arreglar unos asuntos, pero no tardaré nada...” – Y ese “nada” se convirtió en, por lo menos, tres horas. Entonces, la mujer se percata de la creciente oscuridad que se extiende a lo largo de la calle, al tiempo que el alumbrado público despierta súbitamente sonriente y una nuez cae desde el cielo a escasos centímetros de su cabeza sin que ella se dé cuenta de ello, y el remordimiento de abandonar a su hija toda la tarde para visitar a otra persona comienza a hacer mella en su semblante, incomodándola.

Sintiendo pena por Nenúfar, decide compensarla, y aprovechando que el incesante paso de coches y autobuses aún no le permite cruzar la avenida, camina hacia el Banco Nacional, ubicado en la misma acera a escasos metros de su ubicación, con la intención de recuperar el dinero malgastado en taxis y así comprar un delicioso pastel de hojaldre y almendras, el favorito de su hija, al tiempo que con un movimiento desgarrador arranca de golpe una única flor que crecía en una grieta de la pared para complementar el regalo.

Pero justo antes de entrar al banco se detiene de golpe con un escalofrío en la espalda. Su vista se agudiza mientras su ritmo cardíaco se acelera por la repentina incursión de la adrenalina: sabe que algo anda mal, su intuición de mujer y su sentido común se lo gritan al oído. Vuelve bruscamente la vista hacia la ventana del hotel de enfrente e inhala una bocanada de alivio al verificar que la silueta de Nenúfar no se ha movido un ápice, pero no termina de tranquilizarse y las manos comienzan a temblarle, primero intermitentemente, luego elevando las revoluciones hasta simular un violento maremoto. Se siente extasiada, como drogada, sumergida en una enorme alberca de aire donde todo es más lento. La sensación de pánico aumenta, el alivio por encontrar bien a su hija disminuye... y por alguna razón desconocida, la mujer entiende entonces el sentimiento que le agobia y que se corona con esos síntomas de pánico, y lo denomina categóricamente cual novela o película hollywoodense como “La certeza de la muerte”.

Un sonido chirriante llama su atención hacia el centro de la calle, y en una fracción de segundo ve una camioneta blindada, completamente negra, con vidrios polarizados, que se acerca cada vez más a la acera, hacia ella, que sigue como estatua parada frente al banco, e identifica al vehículo como el emisario de su muerte... Pero no acepta su destino. No puede morir ahí, en ese instante, ante los ojos resentidos de su hija, que seguramente la sigue con la mirada desde el sofá de cuero pardo, ansiando su llegada; por lo que se precipita a entrar al banco corriendo para salvar su vida... Pero antes de lograrlo, su humanidad se estrella con un golpe sordo contra algo, contra un hombre alto, vestido más o menos como guardia de seguridad, pero con una máscara metálica de cráneo entero con numerosas perforaciones en lugar de una boina azul, y siente un dolor tan palpable y profundo como el piquete de una jeringa de incertidumbre y amarga duda incrustada en el centro de su corazón.

A través del óxido de la máscara perforada alcanza a divisar una mirada excitada por el miedo, y comprende que tal vez sus propios temores no sean mayores que los de ese hombre que sin duda está a punto de arrebatarle la vida... Y al bajar instintivamente la mirada, comprueba la presencia de un revólver en la mano izquierda de su asesino, pero antes de que pueda tomar plena conciencia de la situación, una explosión desbarata sus tímpanos y no sabe si ocurre dentro o fuera de su cabeza hasta que toca su vientre con ambas manos y siente la angustiosa calidez de su sangre, lo que le recuerda fugazmente su primera menstruación.

El gato fisgón se espanta con el estallido y huye, el cuervo vuela lejos de allí y la gente comienza a escandalizarse y a perder el control, mientras el hombre de la pistola y otros tantos similares se alejan en la camioneta negra... Y la mujer, percibiendo el olor de la pólvora quemada y antes de desplomarse en el pavimento y cerrar los ojos para ya no ver la tragedia que se refleja en ellos, voltea una última vez a la ventana donde, para su alegría, Nenúfar permanece inmóvil y a salvo.

Tierna y bella, con la noche encima de ella, la niña sigue posada en el sofá de cuero pardo, y sus ojos, fijos en la ventana en dirección al edificio lleno de banderas que se halla enfrente, ya no reflejan la misma inquietud de hace unos minutos. El azul de sus iris se ha vuelto más profundo, más brillante, y sus párpados no podrían estar más abiertos al proyectar su mirada contra el cristal que da hacia la que ella supone la más grande y ruidosa avenida de todo el mundo... Entonces, como por arte de un hechizo divino, poco a poco se forma una tierna sonrisa en su boca, y no se detiene hasta enseñar todos sus pequeños dientes: la niña por fin encontró lo que tanto había buscado, y ya no le interesan las nubes, las estrellas, la noche, la flor, el gato, el pájaro negro, ni el estallido que intentó distraerla hace un par de minutos... Su mirada continúa clavada en el cristal, contemplando el tenue reflejo de su propia belleza infantil, ajena a todo lo que sucede más allá del vidrio.

Reseña

Reseña de un estudiante

Aldo Rodrigo González Casillas nació el 23 d e julio de 1992, en Guadalajara, Jalisco. A los dos años de edad se cayó de un refrigerador y sufrió una fractura que le deformó la nariz para el resto de su vida. Desde pequeño mostró interés hacia la literatura, pues cuando cursaba la primaria escribía cuentos de terror sobre sus aventuras en la escuela.

Actualmente cursa el primer semestre de la carrera de Letras Hispánicas en la Universidad de Guadalajara, y pretende convertirse en un gran escritor para crear su propio estilo literario, siguiendo la línea de originalidad que siempre lo ha distinguido. También desea promover la lectura en nuestro país para disminuir los índices de analfabetismo y mejorar la calidad de vida. Suele utilizar sus propios sueños como base para inventar historias de acción y comedia. Una de sus influencias intelectuales más importantes es el novelista, cuentista, guionista y periodista colombiano Gabriel García Márquez.

La música es una gran inspiración para él, pues le refresca la mente y lo motiva a escribir. Sus géneros favoritos son el rock alternativo y el instrumental; le desagrada escuchar banda y reggaetón. También le gustan las películas de suspenso y terror, como El Resplandor (1980) y Eso (1990), así como las cintas dramáticas de la línea de Big Fish (2003) y Eterno Resplandor de una Mente sin Recuerdos (2004).

Vive con su familia más cercana y, además de leer y escribir, administra su tiempo para realizar otras actividades como tocar el teclado, practicar la natación y cantar. También le gusta estar con su novia, con la cual mantiene relación desde hace un año y tres meses. No consume drogas, tabaco ni bebidas alcohólicas y procura mantener su vida en constante equilibrio actuando de manera responsable y correcta, por lo que se presagia un buen futuro para él y sus ambiciones.

Guillermo Rafael Villaseñor López. Turno Matutino.

Cómo ser feliz en 5 sencillos pasos

Cómo ser feliz en 5 sencillos pasos

El procedimiento previo para ser feliz es sencillo: sólo se necesita amplitud de mente, obediencia total hacia este artículo y la convicción para lograrlo. También se necesita una pequeña reflexión inicial, que es ésta: si no se puede ser triste, ser enojado o ser enamorado, tampoco se puede ser feliz. Cuando decimos ser feliz nos referimos en realidad a estar felices, es decir, a procurar convivir con el estado transitorio de la felicidad el mayor tiempo posible mientras suprimimos el resto de los estados de ánimo. Bien, después de este preámbulo, veamos los cinco puntos:

1. Consiga una religión. Procure que sea una de esas que prometen felicidad aún después de la muerte a cambio de pocos sacrificios durante la vida y en las cuales uno puede elegir las normas que desea cumplir y arrepentirse luego por las que hayan sido infringidas, “Peque ahora y pague después”.


2. Los libros de superación personal son muy importantes. Consiga todos los caldos de pollo que encuentre, lea y relea los Hábitos de la gente altamente efectiva y llene su librero con títulos como “Si Harry Potter dirigiera General Electric. El liderazgo según el mundo de la magia” o alguno de los más de 9,000 libros que tienen el término felicidad en su título. Cuando tenga ganas de algo diferente, procure leer narrativa de autores inspiradores como Paulo Coelho o Deepak Chopra, o alguno de los grandes intelectuales de nuestro país como Carlos Cuauhtémoc Sánchez, mientras escucha música de otro destacado Licenciado en Letras: Ricardo Arjona.


3. Si es soltero, cásese; si es casado, divórciese o enviude matando a su pareja. Si tiene hijos, elija al favorito para compartir y cultivar la felicidad propia con él, y descargue en otro de ellos todas sus frustraciones y complejos. Si tiene suegra, escóndala, aléjela, apártese de ella. Si tiene perro, cuídelo como al tesoro más grande de su vida; si tiene gato, déle un alka seltzer y métalo a un bote de basura.

4. Hágase rico. Existen cosas más importantes que el dinero, pero todas ellas cuestan mucho dinero, y a quien diga que no, páguele para que cambie de opinión, todos tenemos un precio. Si sus seres queridos se muestran inconformes o envidiosos con su riqueza, mándelos a volar y cómprese amigos o familiares nuevos y págueles la cirugía plástica para que se parezcan a los originales. Incluso pueden ser versiones mejoradas de los mismos, pero recuerde: nunca deben ser mejores que usted. Si tiene dificultades para comprar personas, busque en un país llamado Mauritania, donde aún en nuestros días se acepta y defiende la esclavitud y el tráfico de humanos. Qué bonito lugar.

5. Por último, lo más importante: abra una cuenta en todas y cada una de las redes sociales que existen, ya que son el centro de la felicidad moderna. Mención especial para facebook, que controla a las personas con juegos y aplicaciones ociosas y sin sentido. Esta fantástica web también tiene otra utilísima función: nos muestra los mensajes de lo que hacen todos nuestros conocidos en todo momento: “A Fulanito le gusta esto”, “Fulanito fue al baño hace 4.65 segundos”, Fulanito es feliz”. Si a usted le aparece este último mensaje, con su nombre de pila en lugar de Fulanito y con un emoticon de una carita sonriente al final… ¡Felicidades! Solo entonces, y a partir de ese momento, usted es modernamente feliz, o dicho de otra forma, es usted un maniquí con una sonrisa pintada, patrocinado por Facebook.




Guillermo Rafael Villaseñor López



Turno Matutino



Comentarios



Este instructivo me sirvió para proyectarme, literalmente quejarme de las personas que me molestan. Inspirado por un maestro como Julio Cortázar y su texto Instrucciones para subir una escalera, mi trabajo sobre cómo ser feliz tiene plasmada la intención de entretener por medio de la ironía, y si es posible, incitar a lector a la reflexión del significad de la felicidad, y su probable sobrevaloración en el mundo actual.


El cuadro de mi cuarto

El cuadro de mi cuarto

Uno de los objetos mas llamativos de mi cuarto es el cuadro que está colgado en la pared del fondo. Su marco es un rectángulo de madera oscura del tamaño de una almohada común, y una sola argolla de metal en su parte superior se encarga de soportar por medio de un clavo atravesado todo el peso que tiene la pintura.

La obra está constituida por un contraste de trazos claros y oscuros de tonalidades negras, blancas, marrones y grises. Carece de nombre y la forma de la parte inferior dice solamente Muñóz con letras manuscritas. En la parte superior derecha del cuadro se aprecian numerosos rayones y raspones involuntarios, que tal vez sean producto del constante transporte al que se ha visto expuesto a lo largo del tiempo. Un poco más a la izquierda, comienza la línea irregular que dibuja lo que pretende ser un manto o una túnica borrosa que se mezcla con el cabello del misterioso personaje que está plasmado en la pintura, y si desviamos la mirada hacia las curvas de esa espesa cabellera notaremos los pincelazos golpeados, casi descuidados, que conforman su barba y su bigote. En el centro de este pintoresco bosque de bellos faciales, unos labios delgados y entreabiertos nos otorgan la sensación de un suspiro, un aliento contenido o una inhalación forzada en la expresión de una boca que extiende su sombra para oscurecer todo el hemisferio izquierdo del rostro. Un poco más arriba, se encuentra una nariz blanca y caucásica, de proporciones normales, que como una colina, emite un descenso hacia la mejilla derecha y da paso a una ojera y por supuesto, a uno de los detalles más importantes del lienzo: un ojo fijo, lúcido y expectante, tal vez incluso sorprendido o perplejo, ante la visión desconocida que tiene delante de sí. El resto del retrato presenta una oscuridad muy profunda y sólo se pueden apreciar minucias del resto de la cara y de la túnica del individuo, pero la impresión que nos transmite la totalidad del cuadro se puede explicar como una empatía y una compasión desinteresada que sentimos por un rostro cálido, bondadoso y probablemente ficticio, pero no por ello menos humano e inspirador.


Algunos dicen que esa persona que me mira todas las mañanas desde el fondo de mi cuarto es Jesucristo, pero a mí no me importa quién es. Mi único interés radica en el calor artístico del cuadro y la sensación de serenidad e inteligencia que es capaz de transmitirme cada vez que lo miro.


Guillermo Rafael Villaseñor López. Turno Matutino.


Comentarios

La capacidad de observación es una cualidad que se desarrolla con paciencia, minuciosidad y tiempo, y todo ello fué requerido para este texto. El cuadro de mi cuarto me inspira profundamente, al grado de llegar a atribuirle un valor sentimental, más allá del material del que está hecho; por eso no me limité a describir detalladamente sus aspectos físicos, sino que también procuré transmitir un poco de la impresión causada en el receptor de la imagen que plasma un supuesto retrato de Jesucristo. Para lograr esto, fué preciso ponerme en el lugar de una persona que tuviera que imaginar el cuadro a base de descripciones, y realizar esta actividad fué muy importante para desarrollar esa chispa necesaria para transmitir un fragmento de mi realidad a través de las letras.

Clasificación de las almohadas

Clasificación de las almohadas

Existen 5 tipos principales de almohadas:

Las Prostitutas. Estas almohadas son extravagantes y de dudosa procedencia. Han tenido muchos dueños y han visitado una enorme cantidad de camas. Pueden ser baratas o muy costosas, pero todas ellas tienen algo en común: son pésimas para descansar, ya que nunca dejan dormir a sus ocupantes, por lo que éstos terminan tirándolas a la calle al amanecer. Algunos dicen que encariñarse con ellas lleva a la perdición, pues sólo son útiles durante las noches en las que no se tiene otra almohada que llevarse a la cama.

Las Cónyuges. Son las almohadas que ofrecen estabilidad y confort durante cierto tiempo, que suele ser muy prolongado. Algunos incluso mueren sobre ellas, después de una vida larga y llena de sueños felices. Pueden ser cálidas y suaves o frías y rígidas, pero siempre lo esperan a uno cuando no está y lo invitan a descansar con seguridad junto a ellas en la noche. Sin embargo, usualmente se desechan de inmediato cuando alguien más ha dormido con ellas, para prevenir enfermedades, patologías y problemas de cualquier tipo.

Las Monjas. Son aquellas almohadas inmaculadas, de un blanco impecable y con la funda convenientemente cerrada y más larga de lo habitual. Tienen la característica de caerse siempre al piso, pues parecen negarse a compartir la cama con alguien más. Resultan excelentes para adornar o para ser usada por mascotas, pero para llevárselas a la cama definitivamente no.

Las Suegras. La mayoría de éstas son duras, ruidosas y desagradables. Siempre justamente al perfume que no te gusta y es muy difícil deshacerse de ellas. Se caracterizan por provocar pesadillas e incomodidad extrema en todo aquel que trata con ellas.

Las Amores de Verano. Estas almohadas son efímeras, dulces y agradables al tacto. Provocan sueños románticos en sus ocupantes y cada noche les inyectan una sobredosis de optimismo y alegría que prolonga sus efectos hasta la mañana siguiente. Una persona puede tener varias durante su vida, pero es difícil olvidarse de cada una de ellas, pues se les recuerda con nostalgia de vez en cuando.


Guillermo Rafael Villaseñor López


Comentarios

La idea para redactar este texto nació prácticamente de la nada, impulsada sólo por el deseo de ser original, irónic0 y divertido. La analogía presente en el texto le añade interés y profundidad, no solamente es entretenido, sino que al leerlo uno busca las semejanzas entre las almohadas y las mujeres con el único propósito de divertirse, nunca de ofender a nadie. Después de escuchar tipologías como la de los calcetines, me inspire para hacer algo parecido con mi clasificación, y por eso decidí que se quería sacarle provecho a algo cotidiano, encontrarle nuevos aspectos, que a final de cuentas es el trabajo de un escritor. Me gustó mucho el producto final y fué significativo para mí, ya que no hubiera redactado un texto de esta índole de no haber sido pedido por un maestro.

Noticia

Guadalajara, Jalisco Lunes 8 de Noviembre de 2010

Muere mujer asesinada por su marido


Alrededor de las tres de la mañana, en la colonia Jardines del Nilo, la policía local arrestó a un hombre que mató a su esposa. Los vecinos afirmaron escuchar varios disparos y reportaron el incidente. El homicida fue encontrado en la cocina de la casa junto al cadáver de su víctima, sosteniendo aún el arma con la que le disparó.

El homicida no opuso resistencia alguna ante el escuadrón de policías y parecía estar rezando en el momento de su arresto. Cuando se le interrogó acerca de las circunstancias, no mostró remordimiento alguno; por el contrario, parecía estar muy satisfecho por el asesinato y aseguraba que su difunta esposa tenia “malas intenciones” y que “practicaba la brujería”. “Era ella o yo”, declaró a los medios de comunicación.

Después de inspeccionar la escena del crimen y sacar conclusiones, la policía afirmó que la mujer se encontraba cocinando mientras su esposo dormía, y que éste se despertó, tomó la pistola y se dirigió a la cocina con el único propósito de dispararle a su esposa. Al respecto, el hombre declaró que ella tenía la intención de hacerle maleficios durante la madrugada por medio de pociones preparadas con la ayuda de un libro satánico y que todas las noches le daba pastillas para envenenarlo lentamente.

El asunto aún se encuentra sin solución, y la sentencia será dictada en los próximos días.

Portafolio electrónico. Expresión Oral y Escrita. TM

Para el profesor Cuauhtémoc Banderas


Portafolio Eléctronico

Expresión Oral y Escrita / Turno Matutino


Guillermo Rafael Villaseñor López





Primera parte



¿Quién soy? Información personal general.

Mi nombre es Guillermo Rafael Villaseñor López, nací en Guadalajara, Jalisco, el 10 de mayo de 1990, mis padres son Francisco Javier Villaseñor y María del Consuelo López. Soy el menor de tres hermanos, y la literatura forma parte importante de mi vida.



Filosofía personal (educativa)

Pretendo convertirme en un literato, con las habilidades y el criterio necesario para corregir estilo, elaborar textos académicos y científicos, hacer crítica literaria, producir arte por medio de novelas y cuentos e impartir clases de español, expresión oral y escrita, gramática y literatura. También tengo la meta de convertirme en una autoridad en el tema de novela negra, ya que es uno de mis géneros literarios favoritos, y difundir mis conocimientos a lo largo del país y del mundo. A mediano plazo, me gustaría un intercambio a otro país; podría viajar a una nación de habla inglesa por mi aceptable manejo de esa lengua o a Japón, ya que curso el segundo nivel de japonés en el CUCSH, pero mi meta se enfoca en España, para aprender directamente de la cuna de nuestro idioma y de nuestra literatura.



¿Cómo soy?

La literatura es uno de mis mayores intereses desde la temprana edad de seis años, cuando comencé a leer relatos de terror sencillos y cuentos latinoamericanos, pero al crecer, mi interés por el arte se hizo mayor y me interesé por la danza. Actualmente soy bailarín en fiestas de fin de semana y el dinero que he ganado bailando me ha servido mucho para estudiar y para adquirir libros que no habría comprado de otra forma. Algunos de mis autores favoritos son Gabriel García Márquez, Edgar Allan Poe, Gary Jennings y sólo a veces José Saramago.


A lo largo de mi vida, mis principales fortalezas han sido mi perseverancia y mi creatividad; prácticamente todo lo que he logrado ha sido gracias a esas dos virtudes desarrolladas desde mi infancia.

Mi principal debilidad es la desidia. Dejo las cosas para después, y aunque siempre las termino, siento que podrían haber sido mejores de haberlas empezado con tiempo. Este ha sido un problema en la Universidad, donde los maestros no esperan y es necesario tomar un mayor sentido de responsabilidad para cumplir las tareas y recomendaciones que me hacen.


Decisión vocacional

Actualmente, estudio la carrera de Letras Hispánicas en la Universidad de Guadalajara, ya que al salir de la preparatoria, analice las opciones académicas que estaban a mi disposición y decidí que mis objetivos profesionales se ajustaban al plan de estudios de dicha carrera.


Expectativas iniciales sobre el curso de expresión oral y escrita

Antes de entrar a la carrera, esta era una de las materias que mas me llamaban la atención, y no me defraudó. Esperaba pulir mis habilidades para redactar textos y diversificar mis recursos a la hora de escribir, pues me interesa mucho más el tema de la expresión escrita.

Segunda parte



Trabajos desarrollados durante el curso

A. Clasificacion de las almohadas

B. El cuadro de mi cuarto

C. Cómo ser feliz en 5 sencillos pasos

Tercera parte

Noticia
Reseña

Narración
Entrevista
Artículo de opinión

Ensayo



Comentarios finales

Al haber finalizado este curso de expresión oral y escrita, atesoro los conocimientos adquiridos y agradezco profundamente al profesor Cuauhtémoc por sus enseñanzas y su profesionalismo. Antes de tomar esta materia, no sabía nada de la redacción de los distintos tipos de textos, ni siquiera podía diferenciarlos claramente, y aunque aún tengo algunos problemas de este tipo, ya soy capaz de redactarlos aceptablemente. La clase también me sirvió para descargar mi creatividad con los ejercicios de práctica, pues nos incitaban a todos a participar y a poner empeño en el papel para producir textos interesantes y originales. Además, tomé mayor conciencia de la postura que debo mantener al exponer un tema oralmente, y así suprimir las muletillas, mantener el contacto visual, no exagerar en el lenguaje corporal y mantener un nivel de voz constante y audible. En la expresión escrita, procuro hacer uso de mayor diversidad léxica, pero sin "echarle demasiada crema a mis tacos" para que el escrito no caiga en la vulgaridad intelectual; pongo mayor atención al uso de gerundios, participios y nexos entre oraciones, para que la coherencia sea constante de principio a fin.