Clasificación de las almohadas
Existen 5 tipos principales de almohadas:
Las Prostitutas. Estas almohadas son extravagantes y de dudosa procedencia. Han tenido muchos dueños y han visitado una enorme cantidad de camas. Pueden ser baratas o muy costosas, pero todas ellas tienen algo en común: son pésimas para descansar, ya que nunca dejan dormir a sus ocupantes, por lo que éstos terminan tirándolas a la calle al amanecer. Algunos dicen que encariñarse con ellas lleva a la perdición, pues sólo son útiles durante las noches en las que no se tiene otra almohada que llevarse a la cama.
Las Cónyuges. Son las almohadas que ofrecen estabilidad y confort durante cierto tiempo, que suele ser muy prolongado. Algunos incluso mueren sobre ellas, después de una vida larga y llena de sueños felices. Pueden ser cálidas y suaves o frías y rígidas, pero siempre lo esperan a uno cuando no está y lo invitan a descansar con seguridad junto a ellas en la noche. Sin embargo, usualmente se desechan de inmediato cuando alguien más ha dormido con ellas, para prevenir enfermedades, patologías y problemas de cualquier tipo.
Las Monjas. Son aquellas almohadas inmaculadas, de un blanco impecable y con la funda convenientemente cerrada y más larga de lo habitual. Tienen la característica de caerse siempre al piso, pues parecen negarse a compartir la cama con alguien más. Resultan excelentes para adornar o para ser usada por mascotas, pero para llevárselas a la cama definitivamente no.
Las Suegras. La mayoría de éstas son duras, ruidosas y desagradables. Siempre justamente al perfume que no te gusta y es muy difícil deshacerse de ellas. Se caracterizan por provocar pesadillas e incomodidad extrema en todo aquel que trata con ellas.
Las Amores de Verano. Estas almohadas son efímeras, dulces y agradables al tacto. Provocan sueños románticos en sus ocupantes y cada noche les inyectan una sobredosis de optimismo y alegría que prolonga sus efectos hasta la mañana siguiente. Una persona puede tener varias durante su vida, pero es difícil olvidarse de cada una de ellas, pues se les recuerda con nostalgia de vez en cuando.
Guillermo Rafael Villaseñor López
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